Así lo confirmaron a LA NACION; el hombre estaba en estado vegetativo desde hacía 20 años; su familia había pedido que se le permitiera acceder a la muerte digna; ayer el máximo Tribunal falló a favor de esa solicitud
Lu
ego de que la Corte Suprema de Justiciafallara a favor del acceso a la muerte dignapara Marcelo Diez, el hombre que pasó 20 años en estado vegetativo, finalmente falleció. Así lo confirmaron a LA NACION allegados a la familia. Luego Andrea, una de las hermanas, lo escribió también en un grupo de Facebook en donde pedían que el hombre tenga una muerte digna.
Sin embargo, el abogado de la familia, Lucas Pica, dijo a este medio que Marcelo falleció sin que se aplicara el fallo. «Murió por causas naturales», sostuvo.
Diez sufrió un accidente en su moto en 1994, en Neuquén, cuando se dirigía a una chacra para comer con su familia. En el camino, fue embestido por un auto. El choque fue tan fuerte que le causó severos politraumatismos. Pero su situación se agravó a raíz de una infección intrahospitalaria que lo llevó a un estado vegetativo.

El hombre padecía de una grave secuela con desconexión entre ambos cerebros, destrucción del lóbulo frontal y severas lesiones en los lóbulos temporales y occipitales. Durante unos 20 años no habló, no mostró respuestas gestuales o verbales, no vocalizó ni gesticuló ante estímulos verbales y tampoco respondió ante estímulos visuales.
Todo ese tiempo, requirió de atención permanente para satisfacer sus necesidades básicas y era alimentado por una sonda conectada a su intestino delgado.
Su estado era irreversible. Si bien Diez no había brindado ninguna instrucción formalizada por escrito respecto a qué conducta médica debía adoptarse en una situación como la que se encuentra en la actualidad, él le había manifestado a sus hermanas, Andriana y Andrea, que, «en la eventualidad de hallarse en el futuro en esta clase de estado irreversible, no era su deseo que se prolongara artificialmente su vida», según indica el CIJ. Por eso sus hermanas solicitaron la suspensión de las medidas de soporte vital que se le suministraron durante dos décadas.
Esta solicitud se judicializó. En febrero de 2011, meses antes de que se sancionara la ley de muerte digna, la jueza neuquina Beatriz Giménez denegó el pedido de la familia, argumentando que el cuerpo de Diez no exhibía «el deterioro propio de alguien que va directamente a una muerte natural».
Sus hermanas siguieron insistiendo por la vía judicial y el caso llegó a la Corte Suprema de Justicia, que hoy falló a favor de que se le concediera la muerte digna. Hora después de esa resolución, Diez falleció...
Fuente: La Nación