La última Battaglia

El jugador que más títulos ganó en la historia de Boca tendrá hoy su partido despedida. Será, también, un homenaje a un grupo de jugadores lleno de gloria.

Sebastián Alejandro Battaglia no podrá decir que se retiró del fútbol. Fue al revés: el fútbol lo abandonó a él. Durante dos años no le encontró solución a una osteocondritis -desgaste en los huesos de la articulación- en el tobillo derecho. En ese lapso, haber jugado apenas 16 decorativos minutos en la última fecha del Apertura 2011, lo cual le permitió sumar una nueva estrella a su fructífera carrera, fue una señal. Y en abril del 2013, a los 32 años, se animó a decir basta. Esta noche, en la Bombonera, el jugador más ganador de la historia de Boca (17 títulos) tendrá su merecido partido despedida. “Mi sueño de chico era poder llegar a jugar en Primera y ser profesional. Después te van preguntando y decís que te gustaría ser campeón. Pero todo lo que me pasó, sin ninguna duda, que no me lo esperaba”, recuerda este volante central, que levantó siete torneos locales y diez internacionales. Cuatro veces conquistó América y otras dos, Japón. “No caigo, no me doy cuenta de que soy el que más trofeos ganó. Es un logro para mí que me deja muy contento y tranquilo de la carrera que tuve. Si hoy, a los 34 años, me das a elegir seguir jugando y no ganar nada, no sé si lo agarraría. Estoy agradecido de haber vivido todo eso y aceptar no jugar más”, admite el final.

Su historia oficial comenzó en 1998, con 17 abriles en el DNI, de la mano del técnico interino García Cambón: ingresó por Diego Cagna, en un 4-0 ante Gimnasia y Tiro, por la 18ª fecha del Clausura. Entonces, el santafesino ya llevaba dos años en las Inferiores -llegó en el 96- prometiendo ser un león. Gritó campeón por primera vez en el 99, y fue en el 2000, ya con Bianchi de DT, que agarró la titularidad. El Virrey lo reinventó de 8. Se fue al Villarreal, volvió, y siguió ganando, metiendo y siendo un volante tan versátil como para dejar a un compañero de frente al arquero. Desde su retiro, Seba pasó más tiempo pegado a los campos de golf que a los de fútbol. “Por la lesión, no puedo jugar ni un picado con mis amigos. Me duele bastante para caminar. Prácticamente, no hago actividad física”, le confesaba a Olé en diciembre de 2013. Pidió por una oportunidad para transmitir mentalidad ganadora y sentimiento por los colores en las Inferiores y no se la dieron. Armó su cuerpo técnico, y ahora espera una chance para sentarse en un banco de Primera. Y soñó lo que nadie: unir a una generación de futbolistas que ganó todo a su lado. Riquelme, Palermo, Guillermo, Abbondanzieri, Cagna e incluso Bianchi… Salvo Tevez y Córdoba, esta noche no faltará ningún groso. De ésos que el hincha -agotó las 50.000 entradas- quiere volver a ver. Y que sólo Battaglia es capaz de juntar. “Estoy contento, similar a como cuando iba debutar, poder estar otra vez adentro de una cancha y tener este ultimo partido. No me gusta mucho el típico partido despedida en el que todos se abren y te dejan hacer el gol. Queremos que tenga seriedad…”, adelantó. Como la que le dio a su carrera.

 

Fuente: Olé