El pragmatismo va ganando terreno en las filas kirchneristas a medida que crecen las dudas acerca de la candidatura de CFK. Lenta pero firmemente, cada vez son más los dirigentes oficialistas que no disimulan su interés en negociar por su cuenta con Daniel Scioli. La semana pasada, Hugo Moyano avanzó en este sentido y, para ayudar al gobernador, anunció una próxima campaña de afiliación masiva en el PJ bonaerense. No son menos Emilio Pérsico y Fernando “Chino” Navarro que, situados supuestamente en las antípodas ideológicas del sciolismo, están en pleno diálogo para no quedar excluidos en la campaña color naranja. También algunos intendentes K de pura cepa, como el quilmeño Francisco “Barba” Gutiérrez, se habrían olvidado de sus arengas contra la derecha sciolista. Los motivos de esta tendencia son varios. La dirigencia kirchnerista bonaerense no le encuentra más sentido a la antigua táctica de golpear a Scioli para condicionarlo, por la sencilla razón de que éste crece gracias precisamente a los ataques del kirchnerismo. Por el contrario, si CFK finalmente no es candidata y le toca el turno a Scioli, es de esperar que éste tome represalias contra los que lo mortificaron. Para los herederos de Kirchner el peor escenario sería terminar dependiendo de un candidato a presidente más interesado en negociar con Eduardo Duhalde que con ellos.
Aparece Alberto F.
Esta movida se complementa con la aparición en el terreno de Alberto Fernández, hasta poco tiempo atrás ideólogo del lanzamiento de la candidatura presidencial de Juan Manuel Urtubey. Ahora ofrecería a éste como vice de Scioli, partiendo de la base de que ya tiene prácticamente ganada su reelección como gobernador. El jefe de gabinete estaría reinventándose un rol como articulador de la transición al poskirchnerismo. Su visión coincidiría con la de Julio de Vido y Carlos Bettini, cada vez más convencidos de que cuatro años más de kirchnerismo suenan a utopía y que lo mejor es negociar la retirada trabajando para que el peronismo siga en el poder. El caso es que Alberto F. le apuntaría ahora a ser el jefe de gabinete de Scioli y así se lo habría comentado a su hermano Pepe.
Con este panorama, el gobernador parece estar cambiando de riesgos. Hasta hace poco temía las embestidas de un kirchnerismo dispuesto a desplazarlo. Ahora corre el peligro de verse rodeado por los apellidos emblemáticos de una era de la que trata de diferenciarse.
Fuente: Por Alexis Di Capo para el Informador Público