Está en el carril más rápido y fue colocado para mejorar la seguridad vial. Hay quejas de los automovilistas.
Sobre el pavimento de la autopista Panamericana hay algo diferente. Es una textura rugosa que cubre el carril izquierdo del Acceso Norte, en ambos sentidos, entre General Paz y la bifurcación de los ramales a Pilar y Campana. El relieve asfáltico responde a un sistema que instaló Autopistas del Sol para generar mejoras en la adhesión de los vehículos al suelo. Pero la novedad entre los conductores no genera una aceptación completa. Las quejas de los automovilistas se centran en que el andar es menos confortable, más ruidoso y con desniveles entre un carril y otro.
La técnica, según aseguró la empresa concesionaria al diario La Nación, mejora las condiciones de rigurosidad y aumenta el poder de adhesión entre las ruedas y el asfalto. “El sistema de microtexturado le da un relieve al pavimento, que naturalmente provoca un ruido diferente al normal. El sistema, que es importado de Alemania, genera mejores condiciones para la adherencia entre el neumático y el asfalto, sobre todo en días de lluvia”, le explicó Hugo Poncino, ingeniero civil especializado en vialidad.
Desde la Asociación Argentina de Carreteras también respaldaron el sistema aplicado. Su presidente, Guillermo Cabanas, destacó que se priorice la seguridad sobre el confort y descartó que la tecnología dañe los vehículos. “Es completamente exagerado plantear que el asfalto puede provocar rupturas en los vehículos, éste es un sistema exitoso en muchas otras autopistas”, remarcó, en referencia a la implementación de esta técnica en la Autopista Rosario-Santa Fe y en otros países, como Alemania y Estados Unidos.
De acuerdo con el Observatorio de la Agencia de Seguridad Vial nacional, la Panamericana es la autopista que mayor cantidad de muertos tuvo el año pasado, con 28 fallecidos. El exceso de velocidad es una de las causas principales de los siniestros. Para hacer frente a ese problema, la Agencia Nacional de Seguridad Vial también instaló hace dos años seis radares para vigilar que se respeten los límites de velocidad.
Fuente: La Razón