Científicos platenses descubren mutaciones en vinchucas

Un equipo de especialistas del CONICET y la UNLP descifraron la razón por la cual poblaciones de vinchucas de Salta y Chaco resisten insecticidas. Sheila Ons es la profesional a cargo

Un grupo de científicos identificados con nuestra ciudad, logró descifrar dos mutaciones distintas en poblaciones de vinchucas de Salta y Chaco por los cuales se genera esta resistencia. El equipo es dirigido por Sheila Ons, investigadora adjunta del CONICET en el Centro Regional de Estudios Genómicos (UNLP) y cuenta con especialistas capacitados en la región.

“En 2005 se reportó por primera vez en la región del Gran Chaco la presencia de individuos muy resistentes a los piretroides. Tanto, que para morir necesitaban una dosis cien veces superior a lo normal”, explicó Ons. “Estos insecticidas son compuestos que se utilizan desde hace más de veinte años y cuyo reemplazo por otros no es sencillo, dado que son seguros para el ambiente y los mamíferos”.

Los piretroides son los insecticidas químicos más utilizados para combatir plagas que afectan cultivos o la salud humana y animal. Este compuesto actúa inhibiendo procesos biológicos a nivel molecular, y con el tiempo muchas veces genera mecanismos de resistencia en las especies a las que deben atacar, permitiéndoles sortear el efecto del veneno y seguir con vida. En ese momento, los primeros en observar y describir la situación fue el equipo que lidera Ons y tras arduas investigaciones determinaron por qué ya no respondían como antes al efecto del veneno.

La solución en la mutación

A partir de antecedentes de situaciones similares en cucarachas, moscas y mosquitos, la hipótesis inicial de los investigadores apuntó a una posible mutación en el canal de sodio, la molécula blanco, es decir, sobre la cual ejercen su acción los piretroides. Ubicada en la membrana de las neuronas, esta proteína se encarga de transmitir el impulso nervioso. “El insecticida modifica su funcionalidad, provocando que permanezca abierta más tiempo del que debería y por ende dando lugar a una híper excitación que provoca la muerte. Por eso, por ejemplo, al envenenar un bichito, es frecuente verlo moverse rápidamente antes de morir”, deslizó Ons.

En ese camino, el equipo logró secuenciar genéticamente una parte importante del canal de sodio, comprobando sus sospechas iniciales: las vinchucas más imbatibles presentaban allí una mutación que lo hacía menos sensible al piretroide.

El equipo diseñó y patentó a través del CONICET y la UNLP dos ensayos que permiten detectar la presencia de alguna de las dos mutaciones, sin necesidad de secuenciar genéticamente desde cero el canal de sodio de cada insecto.

Fuente: Diario Hoy