Seiscientos fánaticos celebraron la fecha de su salida a la venta, con un recorrido entre Puerto Madero y el Centro. Hubo modelos de todas las épocas.
Entre tanta bestia de ruta, auto duro y de diseño moderno, hay un modelo chico, «bolita», que sigue arrancando suspiros y convocando multitudes. Es el Fiat 600, aquel que durante dos décadas fue el preferido de los argentinos y en los últimos días cumplió 60 años. En su homenaje, 600 fanáticos se reunieron para sacarlo a pasear por la ciudad.
La celebración se hizo el fin de semana e incluyó «Fititos» de todas las épocas, desde italianos de la década del ’50 hasta las réplicas de modelos famosos, como el Joly de Ghia y el Fiat Abarth.
Más de 60 autos salieron en caravana desde la sede de Fiat Stampa, ubicado en la esquina de San Juan y Solís, y recorrieron Puerto Madero, la avenidas 9 de Julio, Del Libertador y Figueroa Alcorta. El desfile terminó en el Paseo Fangio, donde se hizo una exposición y una competencia en la que se eligió el fitito más original y mejor conservado. El encuentro fue organizado por el Club Fiat Clásicos.
Entre 1960 y 1982 se produjeron unas 300 mil unidades del Fiat 600 en el país. Tres razones garantizaron su permanencia en la familia argentina: su patente era barata, consumía poco combustible y, por su tamaño diminuto, se lo podía estacionar en cualquier lado.
«Cuando me preguntan en qué ando, contesto con satisfacción: ¡en el fiat 600! Es un auto estupendo. Tiene pique, agilidad y elegancia. Lo único que no tiene son problemas. Jamás un sonido más alto que el otro, nunca una queja. Me hace gastar muy poco en combustible y nada en mecánica. Tiene una salud de hierro y una gran potencia», se lee en un anuncio publicado en Clarín en junio de 1968. Las palabras no son espontáneas pero podrían ser reales: casi no hay argentino que no tenga una anécdota con su fitito para contar.
Fuente: Clarín