Martino se reencuentra con sus raíces de DT

El recuerdo de Paraguay suelta la emoción del Tata: el éxito en los clubes y en la selección.

LA SERENA, Chile.- La mirada es una ventana por la que va y viene la vida. Se ilumina cuando de recordar buenos momentos se trata. De lo que resultó constructivo para una persona que en ese lugar dejó raíces y del que guarda postales inolvidables. Eso le pasa a Gerardo Martino al hablar del país que alguna vez lo cobijó. «Como entrenador le debo todo a Paraguay», sentenció ayer el Tata, con los latidos acompañando sus palabras.

En 2002, el actual presidente de Paraguay, Horacio Cartes, comandaba los destinos de Libertad y decidió apostar por Martino como entrenador. La inserción en el fútbol guaraní fue inmejorable, pues obtuvo tres campeonatos en forma consecutiva (Apertura y Clausura 2002 y Apertura 2003). Esos logros lo llevaron a concentrar la atención de Cerro Porteño, uno de los clubes grandes de Paraguay: sumó dos títulos a su cosecha personal (Apertura y Clausura 2004). Al año siguiente volvió al fútbol argentino para dirigir a Colón, pero una campaña que no conformó lo devolvió al país de la tierra colorada. Regresó a Libertad, donde obtuvo dos campeonatos locales más y alcanzó las semifinales de la Copa Libertadores de 2006.

«Yo siempre dije que en función a mi etapa de futbolista le debo todo a Newell’s y que en función de mi etapa como entrenador le debo todo a Paraguay. Tengo que generalizar porque incluye a Libertad, Cerro Porteño y todo lo vivido con el seleccionado de Paraguay. Tengo un gran agradecimiento a los chicos que vamos a enfrentar mañana [por hoy]. La Copa del Mundo, las eliminatorias y la Copa América en la Argentina fueron momentos inolvidables. Chicos que conocemos desde que eran muy jóvenes, ellos crecieron como futbolistas y nosotros como entrenadores», dijo con emoción un Martino que obtuvo el 68 % de los puntos que disputó en esa tierra, sobre 112 partidos en campeonatos locales.

Las campañas y los puntos logrados le valieron el llamado para hacerse cargo del seleccionado de Paraguay, donde asumió en 2007. El punto más alto lo alcanzó en el único Mundial que dirigió: Sudáfrica 2010. En el país africano llegó hasta los cuartos de final, la mejor ubicación de la albirroja en una cita ecuménica. Comandó el equipo en dos copas América y en la última, en Argentina 2011, fue subcampeón al perder la final por 3 a 0 frente a Uruguay, en el partido que marcó su despedida, al considerar que el ciclo estaba cumplido. «Mi respeto hacia todos ellos no cambia. Compartí muchas cosas lindas con este equipo de Paraguay. Como olvidarlo», sentenció el Tata, que hablaba de un pasado no tan lejano y feliz..

Fuente: Cancha Llena