Desde kits para armar blends o reconocer los aromas del vino, hasta estuches que ofrecen la posibilidad de jugar a comparar añadas o descubrir el influjo del terruño, cada vez hay más propuestas para sorprender a papá en su día
Un buen vino es una atractiva opción de regalo para el Día del Padre, ya que hay etiquetas para todos los gustos y para todos los bolsillos. Pero una alternativa diferente para agasajar a los papás en su día es apuntar a su costado lúdico, buscando propuestas que hagan del vino una excusa para jugar y poner en práctica de una forma extremadamente placentera los sentidos. Descubrir aromas y sabores en el vino, o cómo influyen en él factores como el clima o el suelo, hoy es posible mediante propuestas como las que se listan en esta nota.
Una de las más divertidas es el Blending Party Deados, que propone jugar a ser enólogo por un rato y armar blends a partir de diferentes variedades de vino. Los distintos kits de la marca (con precios que arrancan en los $1800, pero que por estos días tienen un 15% de descuento) contienen una o varias copas de cristal que poseen un marcador de medida tallado en ella, y que permite dosificar el volumen de cada uno de los vinos que se incluirán en el personal blend de cada participante, así como también vinos de distintas variedades.
Para quienes gustan de buscar aromas en el vino, Spiritu ofrece las herramientas perfectas para perfeccionar esa afición. Se trata de kits desarrollados por la sommelier Marcela Rienzo que contienen distintos sets de aromas que suelen encontrarse en los vinos argentinos (frutas rojas, pera, ananá y pomelo, junto violeta, flor de naranjo, café, humo y pimienta, entre otros), y que invitan a ampliar y desarrollar el olfato, acumulando referencias olfativas que permitan poner en palabras los aromas que uno encuentra en el vino. Hay un kit de aromas característicos del malbec y otro de vino tinto y blanco ($980 Y $1100, respectivamente).
Una original propuesta es que la acaba de lanzar Bodega Séptima, que con su estuche Wine Time ($1440) permite recorrer en la copa la evolución de su blend Gran Reserva a través de los años 2007, 2009 y 2011. La cata vertical de esas añadas plantea un juego que invita a descubrir en la comparación cómo un mismo vino cuyas uvas proceden del mismo lugar ha cambiado en función de las diferentes características climáticas o de distintas decisiones enológicas, al mismo tiempo que posibilita ver cómo han evolucionado cada uno de los vinos con el paso del tiempo.
Otra propuesta de exploración sensorial a la que apuestan cada vez más bodegas argentinas consiste en invitar al amante del vino a explorar el impacto que cada terruño particular tiene sobre una variedad de uva. Hay propuestas para todos los gustos. Norton, en su estuche Lote ($780), reúne los tres single vineyard que conforman esa línea: Lunlunta, La Colonia y Agrelo son los nombres de tres fincas que la bodega posee en Maipu y Luján de Cuyo, Mendoza, de donde salen las uvas que dan lugar a tres malbecs completamente diferentes. El mismo juego es el que propone Bodega Zuccardi con su estuche Polígonos del Valle de Uco ($1028), donde los tres malbecs que lo integran provienen de tres subregiones de ese valle mendocino (San Pablo, Vista Flores y La Consulta), dando cuenta de cómo influyen la altitud, el clima y el suelo en el color, el aroma y el sabor del vino.
Finca Las Moras con su estuche 3 Valles + Gran Syrah ($1342), por su parte, suma un elemento más al juego de buscar similitudes y diferencias entre las distintas expresiones que adopta una misma variedad de uva según el terruño. El estuche contiene tres syrahs provenientes de tres de los valles más representativos de la vitivinicultura de San Juan -Tulum, Zonda y Pedernal-, pero aporta una vuelta más de tuerca al incluir también una botella del Gran Syrah, vino en el que se conjugan en distintas proporciones los syrah provenientes de los tres valles mencionados, y que permite, habiendo probado cada uno por separado, asomarse al trabajo del enólogo que decidió combinar las distintas características para lograr que el resultado sea mucho más que la simple suma de sus partes.
Fuente: La Nación