En Palermo, el cruce de Soler y las vías se volvió tierra de miedo

Un asentamiento en el terreno ferroviario se convirtió en el centro de operaciones de jóvenes que asaltan a los incautos que pasan por allí; la policía reforzó su presencia, pero los hechos se repiten

PPalermo aún es un barrio en el que las vecinas salen a pasear sus perros por las mañanas y que los estudiantes eligen para vivir. Pero el asentamiento ubicado en un predio entre Juan B. Justo, Soler, Godoy Cruz y Nicaragua genera temor entre los vecinos, que denuncian robos y arrebatos, sobre todo en el bajo nivel de Soler. La cronista de LA NACION que fue a tomar testimonios fue, justamente, víctima de un robo en el pasillo que adentra al asentamiento.

La toma del predio se remonta a más de 12 años atrás, pero en los últimos tiempos la polémica se reavivó porque los cartoneros que lo ocupan queman basura, que produce un fuerte olor en esa zona que divide a Palermo Soho de Hollywood, a metros de los restaurantes y locales comerciales, y frente a una clínica.

Es una franja impenetrable junto a las vías del Ferrocarril San Martín, donde la policía ya protagonizó varios intentos de desalojo. «A mí me agarraron por la espalda acá, en la puerta de mi casa [Godoy Cruz entre Soler y Nicaragua]. El flaco me arrebató el celular y salió corriendo hacia el predio. La policía no hizo absolutamente nada», contó a LA NACION Mariana, una vecina de Palermo dueña de una zapatería, que sufrió el ataque dos semanas atrás.

La Policía Federal informó que desde enero sólo recibieron dos denuncias por arrebato en Juan B. Justo y Soler, en tanto que detuvieron en las inmediaciones a 11 personas, liberadas poco después. Agregaron que desde marzo hay un servicio especial implementado en los cruces de Juan B. Justo con Soler y Honduras a los efectos de evitar hechos delictivos; son siempre entre 4 y 5 efectivos de la comisaría 25» y de la División de Seguridad Ferroviaria.

No obstante, los vecinos están en alerta y conocen el modus operandi de los que atacan desde el asentamiento; usan las vías del tren como un medio de escape. Salen hacia Juan B. Justo, donde hay menos agentes policiales, roban a los transeúntes y luego reingresan al predio a través de las mismas vías.

A las 18 de ayer, LA NACION contó seis agentes sobre la calle Soler. «Nosotros no ingresamos en el predio. Vigilamos sobre la vereda, no adentro», explicó el cabo Diego Casco.

Adolfo, un joven vecino de la zona, contó a LA NACION: «Se escuchan casos de robos de carteras, bolsos o celulares todo el tiempo. Diría que dos o tres veces por semana. Yo los vi hace unos días en una corrida, entrando en el asentamiento por las vías. Ahora hay más policía que hace unos meses, pero salen cuando tienen oportunidad».

Unas 10 familias viven en el predio, que está en manos del Estado nacional. Entran con cartones y basura. Los vecinos tratan de evitar pasar por este corredor. Los agentes de la Federal controlan el tránsito de Soler. Eso no impide, sin embargo, que haya robos. «Parece una zona liberada, como si nadie viera cuando se escabullen entre las vías del tren y el asentamiento. Necesitamos que los saquen de ahí», dijo un vecino, indignado.

María vive hace 20 años en el barrio y trabaja en una oficina sobre Godoy Cruz; diez días atrás, una compañera suya sufrió el arrebato de su cartera. «Hay una familia con nueve hijos, gente laburante. El resto, no sé. Yo conocí a ese hombre y sé que cartonea para darles de comer a los suyos. Pero, como en todos lados, hay gente buena y mala», explicó.

A las 18, el movimiento mengua y los locales ponen llave, aunque están abiertos al público.»Habiendo escuchado de tantos casos uno empieza a tener miedo. Vemos a la policía, pero nunca los agarran», contó a LA NACION el encargado de un bar ubicado en Godoy Cruz y Soler…

Fuente: La Nación