Si bien el partido de Rajoy fue el más votado, perdió 10 puntos respecto a 2011 y está obligado a pactar. Histórico avance de los partidos ciudadanos en las dos grandes ciudades.
El gobernante Partido Popular (PP) de España, de derecha, obtuvo ayer la mayor cantidad de votos y concejales en las elecciones municipales y regionales del país, pero previsiblemente perderá el poder en importantes ayuntamientos como Madrid, que gobierna desde hace dos décadas.
Tanto la capital como Barcelona, la segunda ciudad del país, tendrán con toda probabilidad alcaldesas procedentes de partidos muy recientes, de corte radical, que nacieron del movimiento de los indignados.
En términos generales, el PP fue el partido más votado con un 27,02% de apoyos, seguido por el Partido Socialista (PSOE) con el 25,02%. Pero ambos, que durante las tres últimas décadas se repartieron el poder, perdieron 10 y 2,5 puntos respecto a los resultados de 2011, lo que representa un fuerte castigo de los españoles al bipartidismo tradicional.
El viraje del país hacia la izquierda se manifestó ayer con la clara irrupción de las dos fuerzas ciudadanas que a partir de ahora serán claves en el tablero político español: Podemos (izquierda radical) y Ciudadanos (centristas liberales, más cerca del PP).
El PP, que gobernaba con comodidad en la mayoría de las regiones y ayuntamientos españoles, sufrió un fuerte desgaste y ahora tendrá que pactar con otras fuerzas si quiere conservar la mayor cuota de poder.
Le resultará difícil en varias regiones, donde la unión de formaciones de izquierda puede dejarlo fuera de los gobiernos, así como en importantes ayuntamientos.
El caso más destacado es Madrid, donde el PP gobernaba desde 1991 y que previsiblemente perderá, para dar paso como alcaldesa a Manuela Carmena, una antigua jueza de 71 años que representa a un movimiento surgido de los «indignados».
Lo mismo ocurre en Barcelona, donde se impuso Ada Colau, una joven activista famosa por liderar la lucha contra los desahucios que han afectado a muchas familias a raíz de la crisis económica.
En Bilbao (norte) gobernarán previsiblemente los nacionalistas del PNV, aunque necesitarán apoyos, mientras que en Sevilla volverán a gobernar los socialistas, en detrimento del PP, y en Valencia los conservadores podrían mantener la alcaldía, pero a condición de pactar con otros.
Madrid y Valencia han sido durante más de dos décadas los principales bastiones de votos del PP y el descenso es significativo, generado por el desgaste de gobernar durante la actual crisis económica y varios casos de corrupción que han afectado a conocidos dirigentes.
El dominio del PP en la política española se traducía hasta ahora también en el control de la mayoría de las comunidades autónomas (regiones). Los resultados anuncian que el PP pierde la mayoría absoluta en todas esas regiones y que deberá contar con el respaldo de algún partido, como Ciudadanos, si quiere seguir gobernando, aunque la unión de fuerzas como PSOE y Podemos podría dar el poder a la izquierda en varios lugares.
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