El Vasco ya tiene su estrategia para la revancha. Quiere evitar el juego brusco de River con carácter y fútbol. Y más fútbol…
Si alguno de los privilegiados que estarán el jueves en la Bombonera va con la idea de que Boca saldrá a la cancha a pegar, mejor que se quede en su casa. Si piensa que estos partidos se ganan de guapo, que los golpes sirven para intimidar a los rivales, que focalizarse más en las piernas de los de pantaloncito negro puede dar mayor resultado que buscar los caminos para abrir el cerrojo que propone Gallardo, es mejor que encuentre alguna pelea de WFC perdida en el cable, porque Arruabarrena y compañía piensan en otra cosa. Y se quedaron con la sangre en el ojo después de la derrota en el Monumental, claro que sí, como todos los hinchas que lo siguieron como pudieron. Pero ellos como cabeza de grupo y el plantel como intérpretes sólo piensan en superar futbolísticamente a River. Esa es la cuestión.
“El límite es muy chico entre ser el malo y el boludo”.
La frase, que parte de la intimidad del plantel, sintetiza las conclusiones por el modo que se jugó el partido en el Monumental. En frío y en caliente, la sensación interna fue la misma. “Si lo hacíamos nosotros nos echan a todos”, piensan, y ejemplifican con la vuelta de la Sudamericana. “El Cata lo raspó a Teo y le dieron tres fechas. Calleri reaccionó cuando lo provocó alguien que ni tenía que estar en la cancha y le dieron otras tres”, analizan, con bronca. El tema es que con la definición de la serie a la vuelta de la esquina, la temperatura cerebral puede influir negativamente. Que Boca entre en el juego de River piensan que es el primer paso para una derrota segura. Sobre todo si Herrera no es tan permisivo con los locales como lo fue Delfino.
“Los jugadores estaban muy calientes”, cuenta alguien que no se pierde un segundo del día a día del plantel. Por eso, la intención es que la bronca por las patadas repercuta para potenciar la motivación. “Ganas de ganar”, son las tres palabras claves, en donde no se debe confundir “intensidad con ansiedad”. En el trabajo semanal, las charlas apuntarán a reafirmar ideas de juego -que no se pueden desmoronar tras la única derrota en el año- y a encontrar la manera de llevar a River a jugar. A lo que piensan que Gallardo renunció en la ida como le había pasado en la Sudamericana. Ahí piensan que no pueden perder…
Fuente: Olé