Luciano Arruga se negó a robar para la policía, dijo su madre

En el juicio contra un ex policía por torturas contra el adolescente también declaró que su hijo gritaba que le estaban pegando en el destacamento

La madre de Luciano Arruga, el adolescente que desapareció cuatro meses después de haber sido detenido, en 2008, en el destacamento policial de Lomas del Mirador y cuyo cuerpo fue encontrado el año pasado, declaró ayer que escuchó cómo su hijo denunció a un policía por haberle «pegado». Y aseguró que el chico de 16 años fue hostigado por negarse a robar para los policías.

Se trata de Mónica Alegre, una de las testigos de la primera audiencia del juicio que comenzó ayer ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 3 de La Matanza por las torturas que sufrió su hijo durante la detención y que tiene como único imputado al ex oficial principal Julio Diego Torales, de 35 años.

La mujer respondió preguntas del fiscal José Luis Longobardi; de los abogados Maximiliano Medina y María Dinard; del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS); de Juan Manuel Combi; de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) La Matanza, y de los defensores Gastón Jordanes y Juan Grimberg, informó Télam.

Según el testimonio de la madre, el 22 de septiembre de 2008, alrededor de las 11.30, policías que llegaron en un patrullero le avisaron que su hijo estaba detenido «por un robo» en la seccional de Lomas del Mirador.

«Cuando fui a buscarlo me atendió Torales y me dijo que no podía verlo porque estaba incomunicado», recordó la mujer, antes de explicar que dejó «pasar las horas» hasta que aproximadamente a las 14 arribó al lugar su hija, Vanesa Orieta.

De acuerdo con su relato, cuando la hermana llegó al destacamento y comenzó a pedir que lo liberaran, Luciano gritó: «Me están matando a palos, no me peguen más».

«Mi hija se fue a trabajar y a mí me dijeron que si quería sacarlo tenía que llevar la partida de nacimiento. Yo no tengo estudios ni sé de leyes, por eso me fui a buscar eso porque lo único que quería era que lo liberaran», expresó Mónica.

La mujer contó que alrededor de las 19 «lo trajeron» a Luciano, quien lloraba e insultaba a Torales y le recriminaba que le había «pegado» mientras otros dos efectivos lo sostenían.

Según Mónica, después de esa situación Luciano «iba más seguido a lo de su hermana» porque se había vuelto «como más cuidadoso y con miedo», por lo que ella le recomendó que «cruce de vereda» si veía un patrullero.

Dijo que, meses antes de este hecho, su hijo «tuvo un ofrecimiento para robar para la policía» y que habían comenzado a hostigarlo.

«Luciano me dijo que cuidara a sus hermanos cuando él se fuera [alusión a su propia muerte] y que le prometiera que [a su cadáver] lo iba a envolver con su camiseta de River», contó la madre de la víctima.

El segundo testimonio fue el de Zulma Robles, madre de Torales, quien aseguró que «lo trataron como a un delincuente o un asesino» y que para él «no hubo derechos humanos» ya que le negaron «todo».

En tanto, Rocío Gallegos, amiga de la hermana de la víctima, quienes en ese entonces vivían juntas, también dijo que Luciano le contó que le habían «pegado». «Luciano le dijo que la policía no lo dejaba caminar por la cuadra de su casa y venía más seguido a dormir [con ellas]. Con el tiempo me di cuenta de que estaba pidiendo ayuda», recordó, visiblemente conmovida.

También testificó la médica Mariana Fontela, quien revisó a Luciano cuando lo detuvieron y constató que no tenía lesiones al ingresar al destacamento…

Fuente: La Nación