Si se logra en seis meses, también puede disminuir los niveles perjudiciales de colesterol y triglicéridos.
EL UNIVERSAL
La endocrinóloga, Alfonsina Carrasco, destacó que el paciente diabético necesita reducir 10% de su peso para incidir positivamente en la mejoría de su sintomatología y en la disminución de riesgos asociados a la enfermedad. Con esta pérdida de masa corporal es suficiente para mejorar la calidad de vida del paciente y lograr parámetros glicémicos saludables y estables, además se obtiene un buen impacto en la presión arterial y en las enfermedades cardiovasculares.
La endocrinóloga indicó que el aumento de la tasa de lípidos totales en sangre como el colesterol, los triglicéridos y ácidos grasos libres, conocido como dislipidemia, es una característica común en las personas obesas. «El Instituto Americano de la Salud sugiere una pérdida de peso de 10% en los primeros seis meses, con un promedio de un kilogramo semanal para equilibrar el perfil lipídico», recalcó Carrasco.
«Si es tan modesta la reducción de peso, ¿por qué es tan difícil tratar la obesidad? El cambio de estilo de vida es lo más práctico y efectivo. Ésta es una enfermedad que posee varias etiologías y un tratamiento a largo plazo», aclaró. Destacó que una dieta balanceada y la práctica regular de actividades físicas son hábitos que se deben fomentar para la salud y bienestar de la gente.
La importancia de mantenerse en el peso ideal no radica únicamente en la estética, sino en las implicaciones del sobrepeso y la obesidad en la salud de las personas, como la pérdida de resistencia física y la predisposición a desarrollar diabetes tipo 2, debido a que la secreción de insulina del organismo es insuficiente para procesar los azúcares ingeridos, y el exceso de grasa provoca resistencia a la insulina.