«El Crazy Che», la historia «surrealista» de un espía argentino, se exhibirá en el Bafici

El documental argentino que se estrenará hoy en la sección Panorama del 17mo. festival narra la historia “surrealista” del argentino Guillermo Gaede, un empleado estatal devenido músico, ingeniero, espía para cinco países y físico teórico disidente, que estuvo preso en los Estados Unidos por delitos relacionados al espionaje industrial.

“Nuestro documental es una pintura sobre un personaje inclasificable, una especie de bizarro Quijote que decidió un día convertirse en espía para la revolución cubana. Una extraña versión alternativa de Ernesto Che Guevara que empezó queriendo cambiar el mundo y terminó convertido en un mercenario”, afirmaron sus directores, Pablo Chehebar y Nicolás Iacouzzi.

La película, que se verá hoy a las 23.30 en la sala 7 del Village Recoleta, y volverá a exhibirse allí el lunes 20 y el martes 21, en ambos casos a las 16, juega con elementos de ficción y de documental para delinear la atractiva historia de este personaje, que para muchos resultará imposible de creer debido a sus aristas casi fantásticas.

En una entrevista con Télam, Chehebar y Iacouzzi indicaron que en la Argentina nadie conocía las peripecias de Gaede y que, más allá de que todas las extrañas circunstancias de su vida parecían ser parte de “una broma”, se abocaron a realizar el documental para ver qué grado de veracidad tenían los datos que poco a poco fueron conociendo acerca de él.

¿Cómo llegaron a conocer a este personaje tan particular, científico y espía a la vez?
-Llegamos a Bill de una manera extraña: queríamos hacer un documental sobre científicos argentinos y su nombre aparecía en una lista junto a Cesar Milstein y Antonio Balseiro. Dimos con una reseña sobre su vida y nos encontramos con parte de esta historia fantástica. Claro que creímos que se trataba de una broma. Casi como un juego nos pusimos a investigar y comprobamos gran parte de las increíble afirmaciones de esa biografía.

-¿Por qué su historia era tan atractiva para ustedes?
-Para empezar, efectivamente había estado preso en Estados Unidos por delitos relacionados al espionaje industrial. La historia de Bill había sucedido hace muchos años y ya muy poca gente la recordaba. En Argentina nadie lo conocía. Algunas negociaciones, varios llamados y un asado en Buenos Aires sirvieron de contexto para convertirnos en los confidentes de su vida surrealista.

-¿Cuál es el punto de partida de la película?
-La película parte del escepticismo ante un relato que a primera vista parece descabellado: la historia de Bill narrada en primera persona, en contrapunto con el relato de otros involucrados que ponen en tela de juicio sus afirmaciones. El efecto es curioso porque desmintiendo pequeños detalles terminan confirmando el relato y los hechos trascendentales.

-¿Qué se propusieron o a dónde esperaban que su investigación los condujera?
-Quisimos que la película vibrara con el ritmo de un relato de espionaje, por eso hicimos un trabajo exhaustivo de más de tres años elaborando la estructura para generar esta intriga en el relato. La historia es demasiado compleja y los datos abruman casi inmediatamente, por eso la forma de suministrar la información de manera atractiva e interesante fue quizás el desafío más grande. Uno de los recursos que empleamos fue mezclar la historia con animaciones que lograran transmitir el clima del relato.

-¿Qué significa estrenar la película en el Bafici?
-Estar en Bafici es un gran orgullo y una enorme alegría, y tenemos mucha curiosidad en ver cual es la repercusión en el público. Venimos de ganar dos premios en un festival para documentales en proceso, pero este es nuestro estreno oficial con el corte final.