La depresión, los trastornos de ansiedad y las adicciones, como el alcoholismo y las drogas, ganan terreno en la provincia.
El problema es grande y grave: entre niños y jóvenes, las consultas fueron 32 mil; entre los adultos, en el hospital Carlos Pereyra hubo 30 mil, y todos los hospitales generales totalizaron 24 mil consultas.
Las estadísticas oficiales no alcanzan a contemplar el universo “Gran Mendoza” porque faltan los registros de la obra social más gran de Mendoza, OSEP, con sus 300.000 afiliados; las consultas y atenciones de las obras sociales de ingresos altos y directivos de empresas y, en general, las obras sociales y mutuales.
Las causas
“Vivimos en una sociedad donde el gran desarrollo de los últimos años es la informática. Estamos enterados al segundo de lo que pasa en el mundo. Esto trastoca nuestra sociedad y se transforma en la cultura de la inmediatez que va en detrimento de la paciencia y la tolerancia”, explicó Navarro.
Agregó que “esta necesidad por saber y tener es una ansiedad por consumir. Torna la sociedad es más vulnerable donde los más débiles son los que tienen menos desarrollo personal, como los jóvenes y los que están un tanto marginados”. Navarro afirma que “la ansiedad es la puerta que se abre para llegar a otros trastornos mentales”.
“El 25 % de la población del Gran Mendoza está afectada y sabemos qué padece. El panorama se completa con el gran capítulo de las depresiones, trastornos del humor, ansiedad tanto en hombres y mujeres, las fobias y el pánico. Esto tiene que ver con un proceso interior donde se ha trastocado el equilibrio emocional», dijo el especialista.
El director de Salud Mental de la Provincia afirma que lo que más se observa en los pacientes “son las ansiedades, angustias y depresiones».
“Podemos hablar de 250.000 personas en el Gran Mendoza que sufren distintos grados de estos sufrimientos mentales. No todos van a consultar, no todos necesitan medicación y hay una minoría extrema que necesita internación”, indicó.
El número de la población afectada se conoce a través de los estudios y estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, que señala que 25% de la población mundial padece algún trastorno mental.
En tanto, el marco del tratamiento reciente de esta problemática en Argentina, fueron los debates en el Congreso nacional por la nueva ley de Salud Mental.
Las problemáticas
El profesional manifestó que «el 28,8% de las consultas se debe a trastornos del humor o afectivos que incluyen la ansiedad, ataques de pánico y depresiones”.
En segundo lugar, las consultas corresponden en “17,07% a motivos de neurosis y estrés”.
En tercer lugar, “11% de la gente que va a la consulta sufre esquizofrenia y delirios”.
En cuarto lugar, con 10.5 %, «son las consultas relacionadas con los riesgos potenciales vinculados a los problemas económicos, sicosociales, vínculos con la familia o el grupo primario de apoyo”.
De todos modos, Navarro señaló que “estas problemáticas impactan en forma diversa tanto en hombres como en las mujeres”.
Ambos sexos por igual son afectados en primer lugar por la depresión. A partir de ahí se diferencian: en segundo término la ansiedad es el elemento que más golpea en las mujeres. Luego le siguen los vínculos rotos en la familia o el entorno más cercano.
El cuarto elemento que afecta más a las mujeres son los delirios y esquizofrenias.
En cambio, los hombres son conmovidos luego de la depresión por la bipolaridad, delirios y esquizofrenias. En tercer término aparecen las neurosis, en cuarto lugar las relaciones con la familia o entorno íntimo y, finalmente, el consumo de sustancias, alcohol y el juego.
Mientras tanto, el consumo de sustancias es el primer problema del sector juvenil. Le siguen trastornos de conducta, ansiedades y disfunción familiar.
El sector privado
“El estrés laboral es el primer motivo por el que la gente se acerca a la consulta por trastornos mentales”, dijo el médico psiquiatra Agustín Agasso, del Instituto de Salud Mental de Mendoza.
“Ese estrés laboral está encuadrado en lo que se conoce como trastorno adaptativo y se genera por las malas condiciones laborales, los salarios que no alcanzan, por jornadas de 12 o 16 horas de trabajo”, afirmó, y añadió que estas situaciones “afectan más a las mujeres que están en edad productiva, entre los 20 y 40 años”.
“Este trastorno adaptativo también es ocasionado, en menor medida, por separaciones, divorcios, mudanzas”, explicó.
“En segundo término –destacó–, la gente viene por los trastornos de ansiedad y luego por depresión”.
Agasso apuntó además características muy interesantes que se observan según sean los sectores sociales. Por ejemplo, en la salud mental estatal podrá observarse cómo influye la situación socioeconómica en sectores de menores recursos recibiendo casos de “debilidad mental, sicóticos de larga data y sin un buen control y gente con mayor deterioro”.
Mientras tanto, distintos matices tiene el panorama que en pocas palabras describe el licenciado en psicología Juan Carlos D’Innocenzo, de la Clínica de Sicoterapia Sicoanalítica que ubica en Godoy Cruz.
“Se dan en los últimos años con alta intensidad los trastornos de ansiedad y las crisis de pánico, pero que en menor medida la gente viene por los problemas de pareja”, detalló.
D’Innocenzo mencionó también “que tienen que ver con los cuadros de ansiedad, la precarización laboral y las depresiones que crean una sensación de indefensa y fracaso”.
Qué es la salud mental, según la OMS
La salud mental no es sólo la ausencia de trastornos mentales. Se define como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad.
En la mayoría de los países, sobre todo en los de ingresos bajos y medios, los servicios de salud mental tienen una grave escasez de recursos, tanto humanos como económicos. La mayoría de los recursos sanitarios disponibles se destinan actualmente a la atención y el tratamiento especializado de los enfermos mentales; y, en menor medida, a un sistema integrado de salud mental. En lugar de proporcionar atención en grandes hospitales psiquiátricos, los países deberían integrar la salud mental en la asistencia primaria, ofrecer atención en los hospitales generales y crear servicios comunitarios.
Aún más reducidos son los fondos disponibles para la promoción de la salud mental, expresión amplia que abarca toda una serie de estrategias destinadas a lograr resultados positivos en materia sanitaria. El desarrollo de los recursos, las capacidades de la persona y la mejora de la situación socioeconómica, figuran entre los objetivos de esas estrategias.
La promoción de la salud mental requiere que se adopten medidas multisectoriales, en las que participen diversos sectores del Gobierno y organizaciones no gubernamentales o comunitarias. El principal fin debe ser la promoción de la salud mental durante todo el ciclo vital, para garantizar a los niños un comienzo saludable en la vida y evitar trastornos mentales en la edad
adulta y la vejez.
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