El presidente de la compañía aérea sostuvo que Andreas Lubitz estaba capacitado para volar y «Ni en sus peores sueños hubieran podido imaginar algo así».
El presidente de la aerolínea Lufthansa, Carsten Spohr, afirmó hoy que seleccionan a su personal «con mucho cuidado» y dijo que el copiloto del avión de Germanwings que se estrelló el martes «era cien por cien apto para el vuelo», tras conocerse la acusación de la Fiscalía francesa que apunta a que hizo impactar la aeronave contra los Alpes de forma intencional.
El directivo afirmó en una conferencia de prensa en la ciudad alemana de Colonia que la compañía, matriz de Germanwings, está «consternada» tras conocer la grabación de la caja negra del avión siniestrado y dijo que «lo que ocurrió era inimaginable».
«Ni en nuestros peores sueños hubiéramos podido imaginar algo así», dijo sobre el incidente que causó la muerte de 150 personas, entre ellas tres argentinos.
Spohr confirmó que las pistas muestran que el copiloto, identificado como Andreas Lubitz, de 28 años y nacionalidad alemana, impidió al comandante reingresar a la cabina una vez que este se fue para ir al baño.
Indicó que a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, las regulaciones europeas no obligan a que haya un mínimo de dos personas en las cabinas todo el tiempo.
«No importa las medidas de seguridad, no importan lo alto que pongas la barra, no hay forma de prevenir un evento así», comentó y defendió que la firma «selecciona a su personal con mucho cuidado».
En ese sentido dijo que Lubitz había superado las pruebas médicas que se realizan una vez al año aunque explicó que tras la formación de los pilotos ya no se realizan tests psicológicos, algo que prometió será revisado.
Durante su formación Lubitz tuvo una interrupción, pero finalmente la completó, por lo que «era cien por cien apto para el vuelo, sin ningún tipo de peculiaridad».
Según el fiscal francés Brice Robin, el copiloto «voluntariamente permitió una pérdida de altitud anormal, de mil metros por minuto, y no tenía ninguna razón para hacerlo ni para impedir que el piloto volviera a cabina ni para no responder a la torre de control».
El copiloto se llamada Andreas Lubitz, de 28 años de edad, según afirmó Robin, mientras que una portavoz de Lufthansa confirmó que el copiloto trabajaba para Germanwings desde septiembre de 2013. Se había formado en la escuela de Lufthansa en la ciudad de Bremen y acumulaba 630 horas de vuelo.
Varios medios alemanes afirman que era originario de la población de Montabaur (unos 13.000 habitantes), en la región de Renania-Palatinado. Según la alcaldesa de esa localidad, Gabriele Wieland, vivía en el pueblo en casa de sus padres, aunque también tenía vivienda en la ciudad de Düsseldorf, donde debía aterrizar el avión.
El copiloto había sufrido de depresión y del síndrome de «burn out»
Tragedia aérea.Fue en 2009, durante varios meses. Así lo informó la prensa alemana, luego de que el CEO de Lufthansa deslizara que Andreas Lubitz había tenido que interrumpir su entrenamiento por un tema «confidencial».
La consternación y el asombro crecían con el paso de las horas, tras conocerse que el copiloto Andreas Lubitz estrelló adrede el avión de Germanwings el martes en los Alpes franceses. Gracias a los datos aportados por la caja negra que registró las voces, los investigadores manejan información segura sobre los últimos minutos del vuelo 4U-9525 que iba de Barcelona a Düsseldorf. La prensa alemana aportó además un dato inquietante: duarnte varios meses durante 2009, el joven sufrió de depresión y del síndrome de agotamiento conocido como «burn out».
La gente, en tanto, parece no poder creer que algo así haya podido pasar, sobre todo sus vecinos de la localidad de Montabaur, de solo 12 mil habitantes.
«Era muy educado, siempre saludaba aunque sin entrar en conversación», dijo al diario Bild un joven que vive justo al lado de la casa de los padres del copiloto, con quienes vivía y cuya casa fue allanada por la policía.
«Acá no hay mucho trato entre los vecinos, pero me parece horrible que sin estar nada probado se arrojen sobre él. Me resisto a aceptar que haya hecho algo tan egoista«, agregó el joven. Otro vecino, un jubilado que conocía a su familia desde hacía mucho tiempo, se quebró al ser entrevistado por el diario Bild.
La conferencia de prensa del presidente de Lufthansa, Carsten Spohr,fue extremadamente tensa. Con voz entrecortada, el ejecutivo confirmó que Lubitz había interrumpido su entrenamiento como piloto durante varios meses en 2009, pero se negó a dar los motivos por tratarse de un asunto «confidencial».
Según averigüó el semanario Der Spiegel, sus compañeros hablan de síndrome «burn-out» (agotamiento) y depresión. Las mismas fuentes hablaron de «problemas psicológicos».
«Estaba contento con su trabajo», señalaron en cambio quienes lo conocían del LSC Westerwald, un club de vuelo deportivo que queda a sólo cien metros de la casa de sus padres, ubicada en un barrio tranquilo de casas con amplios jardines.
«Era miembro de nuestro club. Un joven agradable, como cualquier otro, no podemos imaginar que haya hecho algo así», confesó un directivo. Otra vecina dijo al diario «Rhein Zeitung» que ser piloto era su sueño y «lo había cumplido». Los padres del Lubitz se encuentran en el sur de Francia, como el resto de los familiares de las víctimas, pero separados del resto.
Desde entonces, Lubitz trabajó como asistente de abordo, después completó el entrenamiento y dio las pruebas para piloto sin problema en la escuela de Lufthansa en Bremen, en el norte de Alemania.
«Aprobó todos los exámenes medicinales y de vuelo, todas las pruebas y controles, era apto al cien por ciento sin restricciones», señaló el presidente de Lufthansa, Carsten Spohr, en una breve conferencia de prensa. «Solo se puede especular sobre los motivos, no tenemos ninguna información sobre qué llevó al copiloto a estas acciones», destacó.
«Es el hecho más horrible de la historia de nuestro consorcio que va a cumplir 60 años», dijo, tras reiterar «la mayor confianza en nuestros pilotos, que son los mejores del mundo» y atraviesan un momento difícil.
«Algo así escapa a la capacidad de sorpresa. Es importante que se investiguen todos los detalles», declaró por su parte la canciller alemana, Angela Merkel.
El perfil de Andreas Lubitz en Facebook ha sido borrado.
Según informa la emisora francesa Radio Europe 1, el piloto, que se quedó fuera de la cabina antes del siniestro, volaba para Lufthansa y Germanwings desde hacía 10 años y era, por tanto, un profesional experimentado con más de 6.000 horas de vuelo.
El periódico alemán , que adelantó también el nombre del copiloto y la inicial de su apellido, afirma que el comandante del avión se llamaba Patrick S. y que era padre de dos hijos. Un piloto ya jubilado, que lo conocía, ha confirmado que era un profesional «muy experimentado, uno de los mejores. Estoy convencido que ambos [el piloto y el copiloto] hicieron lo que pudieron», según describió el veterano piloto y agregó que era «un buen padre» y «una persona con humor».
La fiscalía alemana ha confirmado esta mañana que uno de los pilotos estaba fuera de la cabina en el momento del accidente y no logró volver a entrar pese a golpear la puerta con insistencia, según había publicado The New York Times esta noche en su página web.
La policía allana las casas del copiloto
Tragedia aérea
Los investigadores revisaron la vivienda que compartía con sus padres en Montanaur y un departamento en Düsseldorf. Patrulleros bloquean el acceso a las propiedades.
Los investigadores alemanes registraron hoy las propiedades de Andreas Lubitz, el copiloto del vuelo de Germanwings, acusado por la fiscalía francesa de estrellar a propósito el avión con 150 personas a bordo el martes.
Varios investigadores ingresaron en la casa que el alemán de 28 años tenía en Düsseldorf.
Según informaciones a las que tuvo acceso la agencia dpa, la policía también registró la casa paterna del copiloto en la cercana ciudad de Montabaur.
Además registraron las viviendas de varias de las víctimas y de otros miembros de la tripulación para obtener las pruebas de ADN necesarias para su identificación.
Desde temprano, la policía alemana ha situado varios coches frente a la casa e Montanaur (oeste del país) y acordonaron también la vivienda del joven en Düsseldorf.
Según las primeras conclusiones de la investigación de la tragedia aérea registrada en los Alpes franceses, el copiloto, de 28 años, hizo colisionar el avión de forma voluntaria, aunque sin aparentes motivos terroristas.
Tras hacer público la fiscalía francesa el relato de los últimos minutos en la cabina del Airbus 320 de Germanwings, el ministro de Interior alemán, Thomas de Maizière, afirmó que, según las investigaciones realizadas por las fuerzas de seguridad germanas, en el copiloto no se aprecian «indicios de trasfondo terrorista».
La alcaldesa de Montabaur, Gabriele Wieland, explicó a la agencia de noticias alemana DPA que el joven había vivido con sus padres y tenía también un alojamiento en Düsseldorf, ciudad a la que se dirigía el avión de Germanwings que se estrelló con 150 personas a bordo en los Alpes franceses.
Lubitz ha sido descrito a la prensa alemana como un joven simpático, agradable y muy deportista. Solía correr todos los días y, al parecer, había participado en una media maratón organizada por Lufthansa.
Fuente: Diarioveloz.com/La Vanguardia/Clarin.com