ESQUEL.- El incendio forestal cuyos principales focos ya arrasaron 1650 hectáreas en los parques nacionales del noroeste de Chubut dio ayer un respiro: los habitantes de la Villa Futalaufquen -un poblado de 150 familias que había sido evacuado preventivamente de Los Alerces- pudieron volver a sus viviendas y se logró controlar «en un 70 por ciento» el fuego en el cordón Currumahuida, dentro del parque Lago Puelo, según aseguraron fuentes oficiales.
El ministro coordinador de Gabinete de Chubut, Juan Garitano, detalló que el trabajo se centra en Los Alerces para «consolidar el control sobre la zona poblada, donde se encuentran la Administración de Parques Nacionales, intendencia, casa de huéspedes, capilla, área de servicios y viviendas de trabajadores». Hoy, el operativo apuntará «sobre las cabeceras en el Norte y Sur donde no pudo realizarse un control», afirmó.
Garitano explicó que anteayer «hubo algunas evacuaciones temporales preventivas porque el fuego estuvo muy cerca de la escuela, prácticamente en las puertas, y de algunas viviendas. Sólo se evacuó a algunas familias muy expuestas a que se quemen sus viviendas, pero nada de eso sucedió y la gente pudo volver a sus hogares sin mayores problemas». Los medios aéreos «enfrían la zona donde entrarán los brigadistas para que puedan acceder a trabajar», precisó desde el lugar, y detalló: «Hay tres aviones y dos helicópteros trabajando en el lugar». Sostuvo la hipótesis del origen intencional del fuego. «Lo manifestó enfáticamente el intendente del Parque Los Alerces, Daniel Crosta.
«Este incendio tiene todas las características de haber sido provocado por la mano humana, más allá de si fue por intención o negligencia. No tuvo algún inicio natural. Fue provocado por alguna persona.»
En tanto, el fuego iniciado el lunes por la tarde en el Parque Nacional Lago Puelo, que afectó aproximadamente 300 hectáreas, «está entre un 60 y 70 por ciento controlado», según expresó el intendente Sergio Rusak. Todavía falta detener las llamas en la cumbre del cerro.
En el lugar trabajan 70 personas para sofocar las llamas. «Nos queda una porción que es la más alta, que es la que está sobre el cerro. Se mantiene la línea de agua, y estamos acarreando el vital elemento con camiones», explicó. Afirmó que las condiciones climáticas mejoraron y contribuyeron a aplacar el fuego: «Nos ayudó el viento, que facilitó el trabajo aéreo y dirige las llamas hacia las zonas ya afectadas»..
Fuente: La Nación