El líder del Frente Renovador ha sufrido en los últimos tiempos una fuga de dirigentes que se habían sumado a su proyecto. A su vez, en los sondeos aparece en caída. Él asegura que esos datos no son reales y en su entorno sólo admiten que se ha estancado.
Horacio Aizpeolea – Corresponsalía Buenos Aires
Casi el 44% reflejado en 3,8 millones de votos en la provincia de Buenos Aires. Hace menos de un año y medio, Sergio Massa debutaba con su Frente Renovador en el principal distrito electoral del país. Con más de diez puntos de diferencia sobre el oficialista Frente para la Victoria, no pocos exageraban diciendo que los intendentes peronistas bonaerenses hacían cola para fugarse al partido fundado por el ex intendente de Tigre, ex titular de la Anses de Néstor Kirchner y ex jefe de gabinete de Cristina Fernández.
“Massa presidente”, se cantó aquel día en el búnker electoral, donde confluyeron caras muy conocidas: Roberto Lavagna, Martín Redrado, Graciela Camaño, Alberto Fernández e Ignacio de Mendiguren, entre otros.
En un año y medio las cosas parecen haber cambiado. Recientes encuestas coinciden en señalar, puntos más puntos menos, el constante ascenso de Mauricio Macri, la fortaleza de Daniel Scioli y el descenso lento pero sostenido de Massa. Eduardo Fidanza, uno de los directores de Poliarquía, aludió a este cuadro de situación: “Massa empezó a decrecer en votos, intención e imagen. El massismo no cerró su acuerdo con la UCR y sus chances electorales se evaporan”.
Fabián Perechodnik, también de Poliarquía, completó el análisis: “Hay varios sectores que se fueron del oficialismo que, lentamente, están haciendo movimiento de retorno al kirchnerismo”.
Un ejemplo de esto es el reciente regreso al Frente para la Victoria de Sandro Guzmán, intendente de Escobar, partido del Gran Buenos Aires vecino a Tigre. “Guzmán no va a ser el único, van a volver más; hay una gama importante de dirigencia intermedia que considera que se equivocaron cuando se alejaron del Partido Justicialista”, dijo el diputado kirchnerista Carlos Kunkel.
El radical Gustavo Posse, intendente del influyente partido de San Isidro, también en el norte del conurbano bonaerense, fue de los primeros en dejar el Frente Renovador. En su caso enfiló rumbo al Pro, antes de que se sellara el acuerdo electoral con el radicalismo. Posse, ahora, pugna con María Eugenia Vidal por ser el candidato a gobernador bonaerense de Macri.
La fuga del massismo se está reflejando en dirigentes intermedios, pero no por ello poco importantes. “Son los que traccionan votos en los municipios, son punteros”, describió a este diario un operador del massismo, admitiendo la capacidad de daño que tienen.
Así lo entiende también Felipe Solá, uno de los primeros en sumarse al Frente Renovador. El ex gobernador bonaerense calificó de “ratas” a los que están abandonando el galeón massista.
El acuerdo electoral entre el Pro, la UCR y Elisa Carrió también conspira contra las chances de Massa. Esta coalición confronta de lleno con el oficialismo, resumiendo las expectativas de gran parte del arco opositor y dejando en off side al resto. El ministro (y por ahora precandidato presidencial) Agustín Rossi dijo al respecto: “Massa ya no tiene a quién representar porque el peronismo sólo va a estar expresado por el Frente para la Victoria”. Según Rossi, el acuerdo Pro-UCR-Carrió reedita el clásico electoral “peronismo-antiperonismo”.
Esa polarización reduce las chances del resto.
“Están operando las encuestas, vamos bien; les vamos a ganar a los grandes aparatos”, repite Massa y así se lo dijo a este diario hace una semana y media.
En el Frente Renovador aluden a la fortaleza de los acuerdos logrados en el interior del país, con los radicales Gerardo Morales (Jujuy), Luis Naidenoff (Formosa) y Juan Manuel Cano (Tucumán) o el ex gobernador de Chubut, Mario das Neves. Lo cierto es que en los grandes distritos electorales como Córdoba, Santa Fe o Mendoza, no ha logrado hacer pie.
El año pasado, en Córdoba, Massa consiguió promisorias instantáneas con el gobernador José Manuel de la Sota y con el intendente Ramón Mestre. Pero ambos tomaron otros rumbos del que pudo interpretarse de aquellas fotos.
El Frente Renovador quedó así representado en la provincia por Olga Riutort, la ex de De la Sota. Aunque aún falte recorrido, las opciones provinciales del delasotismo o el frente que podrían conformar la UCR, el Pro y el juecismo, asoman más sólidas que la oferta electoral del Frente Renovador.
Días atrás, varios intendentes bonaerenses (la columna vertebral del massismo) plantearon a Massa su discrepancia con la orientación de la campaña. El massismo aún no pudo definir su candidato para la provincia de Buenos Aires. La reciente incorporación de Francisco de Narváez aumentó los celos entre quienes aspiran a suceder a Scioli (Darío Giustozzi y Jesús Cariglino, principalmente). Hay muchos heridos, mucho despecho.
Massa mantiene su optimismo y se aferra a sus propias encuestas, las que le devuelven, como un espejo de cuentos infantiles, la imagen que reclama. La encuestadora Carlos Fara y Asociados tampoco cree que el Frente Renovador vaya rumbo a una catástrofe: “No se está diluyendo la intención de votos hacia el jefe del FR sino que su gran crecimiento se estancó desde hace unos meses”, evaluó el consultor Fara.
Define candidatos
Sergio Massa anunció que “el sábado próximo en el congreso partidario” se definirá cuántos y quiénes serán los postulantes a gobernador en la provincia de Buenos Aires, en tanto redobló sus críticas al frente consagrado entre el Pro y la UCR, al cual volvió a ligar con “los años ‘90”.
Tras encabezar una caravana en la localidad bonaerense de Merlo, Massa anticipó que “el sábado que viene se definen nuestros candidatos y cuántos serán”, y ante la consulta de sus preferencias, señaló que “mínimo, habrá dos” precandidatos a suceder a Daniel Scioli por parte del massismo, en una señal directa a los intendentes que desean que haya un único postulante. Entre los anotados están Darío Giustozzi, Francisco De Narváez y Felipe Solá.
Insaurralde se definió y jugará con Scioli
El intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, se pronunció finalmente a favor de la candidatura presidencial de Daniel Scioli en el marco de la interna del Frente para la Victoria luego de meses de intrigas en los que dejó una banca de diputado del kirchnerismo y amagó con pasarse al massismo.
Insaurralde se jugó a pleno en las redes sociales por el gobernador bonaerense al apuntar que estaba “convencido” que el próximo presidente de la Nación “debe ser Daniel Scioli”.
“Siempre dije que en marzo iba a pronunciarme sobre las elecciones presidenciales. Ante su cercanía, considero pertinente ser contundente”, indicó en un mensaje a las 11.50 y puntualmente al mediodía, se definió por Scioli.
Insaurralde admitió también haber “tenido algunas diferencias con él y su equipo por temas puntuales de la gestión de la Provincia” pero argumentó que era “la tensión lógica y positiva entre un intendente” y su gobernador.
La definición, en tanto, no generó sorpresas en el sciolismo, que desde hace veinte días sabía del pronunciamiento que tuvo como gestor al ministro de Seguridad provincial, Alejandro Granados, quien mantiene un vínculo cercano con Insaurralde.
Incluso, fuentes del corazón del sciolismo dijeron que para el gobernador, que sigue en Francia junto a su esposa Karina Rabollini, esto “no fue algo novedoso”.
Pero adelantaron que puede haber más novedades antes de fin de mes, aunque evitaron dar detalles sobre si se anunciará al compañero de fórmula de Scioli o si cosechará su propio candidato a la gobernación, donde alguna vez el oficialismo buscó tentar a Rabollini con una postulación.
Desde Lomas de Zamora, Insaurralde publicó mensajes en las redes sociales para pedir “que los argentinos votemos a favor” de Scioli.
Remarcó que al gobernador lo conoce “hace muchos años” y sabía “que está preparado para ser el presidente” que “necesita el país para la etapa que viene, que no es empezar todo de nuevo”. Agencia DyN