Los días de altas temperaturas llevaron a las autoridades sanitarias bonaerenses a pedir a la población que tome agua aún sin tener sed, a fin de evitar los golpes de calor. La hidratación de bebés, niños y ancianos, clave.
El “alerta amarillo” que lanzó el Servicio Meteorológico Nacional llevó al gobierno de la Provincia de Buenos Aires a enviar un comunicado de recomendación para que las personas se hidraten permanentemente. Las autoridades sanitarias de la Provincia recordaron que es fundamental, con las elevadas temperaturas que se registran desde hace ya 48 horas, tomar agua aún cuando no se tenga sed, usar ropa clara y liviana, evitar exponerse al sol desde las 10 hasta 16 y no hacer actividad física de alto impacto.
“El llamado ‘golpe de calor’ es la consecuencia más grave de la exposición prolongada a las altas temperaturas y puede ser muy severa en bebés, niños, ancianos y personas con enfermedades crónicas”, explicó el ministro de Salud de Scioli, Alejandro Collia. La deshidratación no controlada durante varios días puede acarrear la pérdida de agua y sales esenciales para el organismo con el consecuente riesgo de deshidratación.
Por su parte, el director provincial de Atención Primaria de la Salud, Luis Crovetto, destacó que las señales del golpe de calor varían de una persona a otra, pero suelen incluir “una temperatura corporal extremadamente elevada, por encima de 39.5 °C, dolor de cabeza, náuseas, mareo y piel enrojecida, caliente y seca (sin sudor). Además, el pulso y la respiración suelen ser más débiles”.
Frente a la aparición de estos signos, es importante no demorar la consulta médica. No obstante, y hasta tanto se produzca la asistencia médica, se puede enfriar a la persona afectada colocándola en una bañera con agua fría o bajo la ducha. Con respecto a los bebés, los expertos insistieron en que durante estos días de intenso calor conviene ofrecerles el pecho con mayor frecuencia y a los niños en general darles bebidas, preferentemente agua fresca, varias veces al día.