El fuerte avance de los títulos y la firmeza de la deuda local parecen evidenciar un renovado interés en activos argentinos que cotizan en el mundo.
Hasta hace unos meses, resultaba difícil explicarle la Argentina al mundo. Ahora ya no parece ser necesario: el universo global de las inversiones, las familias de alto patrimonio, las empresas que manejan cartera de inversión, los fondos de inversión soberanos, las compañías de seguros, los fondos universitarios y hasta los fondos de riesgo parecen arreglárselas para separar lo potencialmente nuevo de aquello que va quedando atrás, y apuntalar la expectativa de un fuerte crecimiento en el valor de los activos locales a raíz del final del ciclo político y los cambios que éste traería.
El secreto es éste: en opinión de los expertos, los precios de las acciones y bonos argentinos, –tanto públicos como corporativos–, estaban (y aún están) ‘atrasados’ con respecto a sus pares de la región. Es más: los analistas consultados sostienen que si se descuenta en los precios de los activos locales que el conflicto judicial con los holdouts y algunos desequilibrios de la economía sólo serán un recuerdo en breve, entonces aún quedaría un gran camino alcista por recorrer. En este sentido aclaran que si el país logra nuevo acceso al mercado financiero internacional, eso implica que, por lógica, el mercado financiero global tendrá acceso a los activos argentinos, lo que redundará en un precio más justo.
En un mercado que, de todas formas, aún conserva cierta volatilidad, entienden que el momento es «impar», cargado incluso de agotadoras jornadas para aquellos encargados de ponerle una etiqueta con precio nuevo a activos que cargaban sobre sus espaldas pronósticos más agoreros y que han dejado paso a otros mucho más prometedores.
Los elementos domésticos parecen contribuir a alimentar las proyecciones. Los inversores locales y los del exterior buscan anticiparse a la posible estampida de los precios en el valor de las empresas y su deuda, una vez empujados por cambios en la política económica de fin de año, si bien para los analistas, «agosto» es la fecha límite, ya que entienden que la definición del panorama político de las PASO podría decantar las subas.
Para Bryan Joseph, Managing Director Sales & Trading de la banca de inversión Puente, «en los últimos meses hubo y hay un fuerte incremento de inversores institucionales que quieren adquirir activos argentinos. Lo estamos viendo y nos consultan permanentemente. Esto se ve en las subas que experimentaron bonos y acciones, con rendimientos por encima del 25% en lo que va del año. Pero también se verá en las oportunidades que aún existen».
El analista sostiene que «el peso del fallo de Griesa no ha afectado a la deuda local» y que «la Argentina viene recibiendo fallos y decisiones adversas y sin embargo los bonos están firmes». Además sostiene que «como se descuenta una solución a corto plazo con los holdouts, el impacto no sólo es nulo, sino que los niveles de precios actuales fomentarán adquisiciones en los bonos soberanos más largos, incluso aquellos que están atados al CER».
Como Puente, otros analistas de la banca de inversión han tomado nota del momentum que experimentan los activos locales. Morgan Stanley, por ejemplo, pronosticó hace algunos días que la Bolsa porteña trepará 45% en dólares este año. En esa misma línea, Walter Molano, economista jefe de BCP Securities, también ve números prometedores: «Una de las cosas que generan mayor entusiasmo es el potencial de apreciación argentino contra sus pares en América Latina porque los balances de las empresas son sólidos y la baja del precio del barril de crudo golpeó tanto al país como a Venezuela y Colombia». Para el estratega de Credit Suisse, Daniel Chodos, incluso las apuestas por los cupones PBI de la Argentina son para tener presente: «Quien sea que llegue después de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en diciembre, probablemente hará un mejor trabajo para impulsar el crecimiento, contener la inflación y terminar con el exilio argentino», le dijo a la agencia Bloomberg.
El contexto también parece promisorio. Gustavo Cañonero, Head of Economic Research for Emerging Markets del Deustche Bank, dijo en la EFI 2015 que «a medida que el mercado ve menos capacidad de la Fed para subir las tasas, el dólar se aprecia y los mercados van a seguir viendo con cierto beneplácito a los activos emergentes. Este no es un escenario perverso y el exceso de liquidez va a continuar», señaló.
«Hay numerosos fondos en todo el mundo que están obligados a replicar los índices. Si Argentina pondera cada vez más en estas carteras, entonces habrá una demanda permanente de activos argentinos en todo el mundo, es decir, la Argentina tiene un comprador natural del crédito», agrega Bryan Joseph, de Puente. Para el analista, las perspectivas de crecimiento de Argentina el año próximo, sumado a los grandes proyectos de energía como Vaca Muerta y los desembolsos en infraestructura tendrán como resultado un impacto positivo en la tasa de inversión sobre PBI, en la cual el país está atrasado con respecto a la región.
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