Los dos hombres abatidos ayer tras el atentado eran tunecinos y no tienen lazos evidentes con grupos islamistas; uno era conocido por los servicios de inteligencia; hay tres prófugos.
Menos de 24 horas después del feroz atentado que sembró pánico a Túnez, el país intenta recuperar la normalidad y, para eso, busca esclarecer las circunstancias que terminaron con la muerte de 21 personas, la mayoría extranjeros, y de dos terroristas en el Museo del Bardo.
El primer paso fue identificar a los terroristas que perpetraron el ataque en la capital del país, cuna de la «primavera árabe» hace cuatro años. Los dos atacantes abatidos ayer eran tunecinos, precisó hoy el primer ministro, Habib Essid, tras una reunión de urgencia del gabinete.
Además, los servicios de inteligencia conocían a uno de ellos, aunque no «por nada en especial», y no se han establecido lazos con ningún grupo terrorista concreto. Hasta ahora ninguna organización se ha atribuido el atentado. Essid explicó además que hay tres atacantes prófugos.
Túnez está trabajando con otros países para descubrir más información sobre los atacantes, identificados como Yassine Laabidi y Hatem Jachnaui, agregó el premier en una entrevista con la emisora francesa de radio RTL el primer ministro tunecino.
Los atacantes, que vestían uniformes de estilo militar y utilizaron rifles de asalto, salieron ayer de un vehículo y abrieron fuego sobre los turistas que salían de varios colectivos. Después ingresaron al edifico para tomar rehenes, antes de morir en una balacera con las fuerzas de seguridad.
El Museo del Bardo, una de las principales atracciones turísticas del país, está en el mismo edificio que el Parlamento, que estaba debatiendo sobre una ley antiterrorista en el momento del ataque.
Las víctimas son 20 turistas -ciudadanos de Colombia, España, Japón, Italia, Australia, Polonia y Francia-y un tunecino. Además hubo 44 heridos, también la mayoría extranjeros, en un país que teme que su industria turística sea gravemente golpeada.
Dos cruceros que tenían pasajeros entre las víctimas zarparon esta mañana del puerto de Túnez. Nueve pasajeros del Splendida murieron, 12 resultaron heridos y seis seguían desaparecidos, indicó la empresa MSC Cruceros, mientras su embarcación se internaba en el Mediterráneo al amanecer. Otro barco, el Costa Fascinosa, indicó que 13 pasajeros no habían regresado a bordo cuando el barco zarpó por la noche.
Dos de las tres víctimas japonesas formaban parte de un grupo de 23 turistas organizado por MSC Excursions, indicó el portavoz de Bes1cruise Takao Ogawa, que declinó confirmar las identidades de las víctimas. El grupo se sumó al crucero en Génova y tenía previsto continuar hasta París. No estaba claro en un primer momento si el grupo continuaría con el viaje, indicó.
BÚSQUEDA
Hoy, un alambre de cuchillas rodea el Museo Nacional Bardo y las fuerzas de seguridad están desplegadas en las rutas más importantes del país mientras las autoridades buscan a las tres personas que se cree participaron en el ataque.
El atentado fue el peor en Túnez desde el inicio de la «primavera árabe» hace más de cuatro años, que acabó con la destitución del dictador Zine El Abidine Ben Ali y abrió paso a la transición democrática.
Túnez es, según las estimaciones, un gran exportador de jihadistas a Siria e Irak, donde los tunecinos formarían el mayor contingente de extranjeros. Se cree que entre 1500 y 3000 tunecinos se han unido allí al Estado Islámico (EI) y otras milicias extremistas.
El presidente de Túnez, Beji Caid Essibsi, declaró que su país combatirá el terrorismo «sin misericordia». «Los tunecinos están en guerra contra el terrorismo», aseguró en un mensaje televisado a la población.
«Estas células minoritarias y bestiales no nos derrotarán. Resistiremos sin compasión ni misericordia. Emergeremos victoriosos», añadió.
Essibsi, que asumió el puesto en diciembre, prometió que su país mantendrá la democracia y luchará hasta «acabar con estos traidores».
Agencias DPA y AP