River le tiene que ganar a Aurich esta noche para seguir con vida en la Copa y el colombiano debe volver a ser el que fue para calmar la impaciencia de los hinchas.
Diez goles en 12 partidos: River necesita a ese Teo Gutiérrez, al intratable centrodelantero de la última primavera, al que tenía el arco entre ceja y ceja, al que marcaba presencia en el área, al que apuntaba y no fallaba, al que no bailaba con la pelota en los pies sino para festejar sus conquistas.
Hoy, en cambio, el colombiano no muestra esa voracidad ofensiva. De hecho, la semana pasada en Perú se cansó de desperdiciar situaciones clarísimas y, por eso, fue uno de los responsables del empate ante Juan Aurich. Eso le costó un tironcito de oreja de Gallardo, quien además de darle descanso el lunes ante Arsenal, le pidió más responsabilidad y contundencia en la definición. Esta noche tiene que despertarse ese goleador de raza que aún no rompió redes en copas internacionales con la camiseta de la Banda. Se lo pide el equipo. Se lo pide el Muñeco. Se lo piden los hinchas para calmar la impaciencia que su particular formar de comprometerse a veces genera. Las mejores producciones del colombiano fueron en los torneos locales, tanto con Ramón Díaz como con Gallardo. En las copas, en cambio, sólo convirtió tres veces en 18 partidos. En el 2013 le hizo un gol a la Liga de Loja en el Monumental (2-0) y el único del 1-3 ante Lanús el día de la eliminación en Núñez. En la Sudamericana que ganó River el año pasado, apenas la metió en el 3-2 contra Estudiantes en Núñez mientras que en la final ante Nacional de Medellín falló cuatro mano a mano antes de que Mercado y Pezzella marcaran los goles que le dieron el título a River. El jueves pasado, en Chiclayo, se dio una situación similar: un exceso de confianza por parte de TG19 dejó con vida a Aurich y generó la pérdida de puntos fundamentales para la clasificación. Teo no sólo le erró al arco sino que también entregó mal el último pase en contraataques que deberían haber terminado en goles por superioridad numérica. River ya no se puede dar ese lujo. Debe concretar casi todo lo que genera porque cualquier paso en falso lo puede dejar con un pie y medio afuera de esa gran obsesión llamada Copa Libertadores. Como suele hacer con cada uno de sus jugadores, el Muñeco se encargó de hacerle la cabeza al colombiano esta semana. Y hoy lo tira a la cancha para que demuestre toda su jerarquía en un Monumental repleto. No puede fallar. River. Ni Teo. Teo piden por favor.
Fuente: Olé