El sospechoso de matar a Daiana se suicidó luego de abandonar el cuerpo

Antes de arrojarse a las vías en la estación Laferrère, envió un mensaje: «Papá, perdoname, me mandé una cagada»; la policía allanó dos domilicios en Flores y Palermo

Luego de matar a Daiana Ayelén García y abandonarla en un descampado de Llavallol, el principal sospechoso del homicidio de la adolescente, de 19 años, se arrojó a las vías de ferrocarril Belgrano Sur en la estación Laferrère y se suicidó. Antes de quitarse la vida, le había enviado un mensaje de texto a su padre en el que le dijo: «Papá, perdoname, me mandé una cagada».

Después de ver el dramático mensaje, el hombre intentó comunicarse con su hijo. Ante la falta de respuestas, el sábado a la tarde concurrió con un cerrajero al departamento 3 «D» del edificio de Cabrera 6057, situado a una cuadra de la empresa de logística en la que trabajaba. Debido a que no encontró a su hijo, el hombre se preocupó y avisó a la policía e inició una búsqueda. El sábado por la noche le comunicaron que su hijo se había suicidado.

Hasta ese momento, el hombre ignoraba que a su hijo habían comenzado a investigarlo por su presunta responsabilidad en el homicidio de Daiana, la joven con la que su hijo, de 38 años, mantenía una relación, desde hacía casi un año, a pesar de que la doblaba en edad.

«La verdad es que no lo conozco, y si se suicidó se lo merece por hijo de puta», expresó Karina, la madre de la víctima, al salir del velatorio de su hija.

Hubo pistas que permitieron a los investigadores de la División Homicidios de la Policía Federal y de la comisaría de Llavallol llegar hasta el principal sospechoso por el homicidio de Daiana, quien había desaparecido el viernes pasado cuando salió de su casa en Villa General Mitre para concurrir a una entrevista de trabajo en Dorrego y Cabrera, a siete cuadras del departamento que alquilaba el imputado.

El cuerpo de Daiana fue hallado al día siguiente al costado de un baldío situado en el cruce del Camino de Cintura y Libres del Sur, entre la rotonda de Llavallol y el denominado Cruce Lomas. Dos días después, los padres de la adolescente reconocieron el cadáver.

A partir de ese momento, comenzaron a intervenir en el caso los detectives de la División Homicidios de la Policía Federal, quienes siguieron la pista de la bolsa de arpillera plástica, que pertenecía a una empresa de logística y despachantes de aduana situada en Soler al 5900, a siete cuadras de la esquina a la que Daiana concurriría para una entrevista laboral y a pocos metros del departamento que alquilaba este sospechoso.

Paralelamente, en la fiscalía de Laferrère, a cargo de María Cecilia Pérez, se había iniciado una investigación sobre el suicidio de un hombre de 38 años, que se arrojó a las vías del tren. A un costado del cuerpo, los policías encontraron las llaves de un Volkswagen.

Con el botón de la alarma, los uniformados encontraron el vehículo, cuyas puertas se abrieron cuando pulsaron el interruptor. Estaba estacionado a cien metros de la estación. Al revisar el vehículo, encontraron los datos del titular y documentos con la dirección laboral.

Cuando los detectives de la División Homicidios concurrieron a la empresa cuyo logo estaba estampado en la bolsa que cubría el cuerpo y preguntaron quiénes tenían acceso a ese material, los responsables de la firma les dijeron que los habían llamado desde Laferrère para avisarles que un empleado de 38 años «se suicidó» .

Entonces, los policías se comunicaron con el fiscal de Instrucción Lucio Herrera para avisarle que tenían un sospechoso por el homicidio de Daiana, quien poseía dos domicilios declarados: uno en Cabrera 6057, en Palermo, y el restante en Terrero 475, en Flores, donde vivían sus padres, a 17 cuadras de la casa de Daiana.

Al cierre de esta edición, policías y los técnicos de la Unidad Criminalista allanaban el departamento que alquilaba el sospechoso. Si bien algunas versiones indicaban que se habrían encontrado prendas y cabellos de la víctima, dos fuentes consultadas por LA NACION afirmaron que en realidad era lo que buscaban en los allanamientos. Al revisar el cuerpo de Daiana, los forenses hallaron un cabello distinto al de la víctima, en la zona púbica.

Casi al mismo tiempo, otro grupo de policías revisó el perfil de red social Facebook de Daiana y estableció que habría conocido al sospechoso en una clase de baile y que habrían concurrido a un boliche muy conocido de San Telmo…

Fuente: La Nación