La víctima acababa de sacar el auto de su casa ubicada en 523 entre 116 y 117 cuando fue sorprendido por dos motochorros. En la lucha, recibió un tiro y los cacos huyeron
Una mañana verdaderamente caliente se vivió ayer en el barrio de Tolosa, donde en dos hechos diferentes se produjo un brutal tiroteo frente a una escuela que debió ser evacuada y, en otro caso, un vecino sufrió una salidera y recibió un tiro de parte de los dos delincuentes que lo abordaron, señalaron fuentes policiales.
El primer hecho tuvo lugar en una casa ubicada en 523 entre 116 y 117, donde un sujeto de aproximadamente 60 años salio de su finca alrededor de las 8 a bordo de su auto, como lo hace todos los días. Pero esta vez, la rutina se vería afectada por un hecho lamentable. Sucedió que dos maleantes estaban esperando el momento de actuar, aguardando por su presa y, al ver a la víctima perfecta, atacaron.
“Estaban agazapados en mi terreno, esperando el momento”, le contó a Trama Urbana un vecino del damnificado, quien posee un amplio parque. Pero el frentista no pudo aportar muchos más datos, ya que no presenció el hecho ni, tampoco, conoce demasiado a la víctima. “Sé que vive con su familia y que tiene hijos”, reveló.
Lo cierto es que el hombre fue abordado por los dos cacos, quienes iban en una moto. Aparentemente, se trenzaron en una lucha, ya que el coche del sujeto atacado terminó con cristales rotos. Y, en medio de la gresca, uno de los dos autores del ilícito esgrimió un arma de fuego y, sin dudarlo, disparó.
El proyectil impactó en la mano del sujeto, quien quedó malherido, mientras que los agresores huyeron a toda velocidad –aparentemente- sin llevarse nada.
La víctima fue derivada al hospital Rossi, donde se constató que la herida no revestía peligro y, tras las curaciones de rigor, recibió el alta. Debido a los anestésicos, se quedó gran parte de la tarde reposando en su domicilio.
El vecino agregó que, hace aproximadamente un año, otro frentista sufrió un ataque similar. “A él le robaron dinero, joyas, oro… fue muy violento. De hecho, decidió abandonar el barrio y en su casa (pegada al lado del hombre baleado ayer) quedó su hija”. Por último, estableció que “la zona es un peligro constante; de noche se escuchan detonaciones de armas calibre 22, 38, 9 milímetros… vienen a robar de El Mercadito, y la Policía no se mete ahí”.
Efectivos de la comisaría Sexta investigan el hecho, aunque nada se sabe de los malvivientes.
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