Por pedido de la oposición, aprobó sólo una parte del repudio a la declaración de Estados Unidos contra Venezuela.
Los senadores del Frente para la Victoria eludieron darle un apoyo al gobierno del venezolano Nicolás Maduro, uno de los principales aliados de Cristina Kirchner.
El debate fue en la sesión de esta tarde y lo abrió el kirchnerista Ruperto Godoy, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado y habitual integrante de comitivas oficiales de Cristina Kirchner.
Godoy pidió tratar un proyecto recientemente aprobado en su comisión que repudiaba la reciente declaración de Estados Unidos, que consideró a Venezuela como “una amenaza”.
Su intervención causó las habituales muecas de su jefe de bloque Miguel Pichetto, quien suele pedirle que no se debatan temas que no sean parte de la orden del día pero ni siquiera logra que sus pares lo obedezcan.
Menos lo hace la oposición, que respondió el proyecto de Godoy con una postura bien clara: aceptar el primer artículo que repudiaba la repentina declaración de Estados Unidos, pero sin plegarse al siguiente que reivindicaba al Gobierno de Maduro.
La primera parte del proyecto respalda la misión de Unasur -integrada por el secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas, Ernesto Samper, y los cancilleres de Colombia, Ecuador y Brasil-, después de que el gobierno de los Estados Unidos calificara al país sudamericano como «una amenaza para la seguridad nacional».
El otro rechazaba la intención del gobierno de Estado Unidos de aplicar sanciones contra su par venezolano e indicaba que esa decisión «constituye una inaceptable forma de intervención extranjera» en un país soberano y que «puede afectar la estabilidad latinoamericana».
“Una cosa es la Unasur. Pero no plantear el tema al contexto de un país que condenó a 8 años a dos jóvenes opositores y tiene presa a toda la oposición”, planteó el radical catamarqueño Oscar Castillo.
Gerardo Morales lo apoyó: «El texto tiene un primer párrafo que podemos compartir, que es la misión de la Unasur con propósito de generar un camino de acercamiento y diálogo», pero advirtió que «el segundo párrafo que tiene el proyecto es para discutirlo en comisión».
Fue respaldado por el socialista Rubén Giustiniani: «Me parece que la propuesta que acaba de hacer el senador Morales puede avanzar en su sentido positivo» y el macrista Diego Santilli se expresó «en el mismo sentido de lo expresado por el senador Morales».
Apoyaron su moción Norma Morandini (Frente Amplio Unen), Adolfo Rodríguez Saá (Peronismo Federal) y Diego Santilli (PRO).
Mientras Pichetto pedía demorar el debate para el final de la sesión, tal vez sin recabar en el debate, Amado Boudou sugirió votar la parte del proyecto en la que todos acordaban. O sea, excluir el apoyo a Maduro, una de las banderas del Gobierno.
Pichetto y el resto de los senadores de su bloque asintieron en silencio, sin siquiera una defensa mínima al Gobierno de Maduro y aprobaron el respaldo a medias.
La cancillería sí emitió declaración
Unas horas más tarde la Cancilleria declaró su repudio a la declaración Barack Obama. «Un llamado al Gobierno de los Estados Unidos para que evite el uso de un lenguaje impropio para un país de su importancia y responsabilidad como potencia global, o sanciones que ya han demostrado, en otros casos, que sólo conducen al fracaso y la enemistad entre los pueblos y sus gobiernos».
«Resulta absolutamente inverosímil para cualquier persona medianamente informada que Venezuela, o cualquier país de Sudamérica o Latinoamérica, pueda constituir una amenaza para la seguridad nacional de los Estados Unidos de Norteamérica», aseguró el Ministerio de Relaciones Exteriores.
«El Gobierno argentino ha tomado conocimiento, con preocupación, del contenido de la Orden Ejecutiva emitida por el Gobierno de Estados Unidos que declara una ‘emergencia nacional respecto de la amenaza extraordinaria e inusual para la seguridad nacional y la política exterior de los Estados Unidos que supone la situación en Venezuela'».
«La gravedad de dicha denuncia no sólo causa consternación por la dureza inusual de sus términos, casi amenazantes, sino que además provoca estupor y sorpresa», sostiene.
Para el Palacio San Martín, «lo absurdo e injusto de la acusación es lo que causa la consternación, independientemente también de la opinión que se tenga del Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela».
«La Argentina, al igual que los demás países de la región, considera que el diálogo constructivo y la negociación pacífica son el único camino para superar las diferencias, a la vez que rechaza toda injerencia en los asuntos internos de otros Estados.
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