Luego de un flojísimo primer tiempo, el equipo de Madelón revivió en el complemento y pudo igualar con goles de Gamba y Malcorra.
Unión entró dormido y desperdició 45 minutos. Es poco creíble que un equipo tan intenso y tan enchufado como este de Madelón, no pueda encontrar la concentración suficiente en todo un tiempo para no dejarse llevar por delante por un rival que aprovechó todas las facilidades que le dio el equipo tatengue.
Los goles de Cavenaghi y Druissi le estaban dando a River una ventaja casi decisiva. Apenas Castro se salvaba de un rendimiento individual muy malo, lleno de confusiones y decididamente inferior al del rival. Pero el Unión que todos conocemos apareció a pleno en segundo tiempo.
Madelón puso a Villar, pero además cambió de sector a los dos volantes laterales y modificó la actitud del equipo.
Ese Unión, el del segundo tiempo, hizo que River comenzara a flaquear. Levantó muchísimo Martínez , aparecieron los goles y así Unión llegó al empate y en los últimos 15 minutos los dos equipos gastaron todos los cartuchos para buscar una victoria que no se dio.
Entre el Unión apático del primer tiempo y el equipo aguerrido, sólido y contundente del segundo hubo una tremenda diferencia.
Por eso, el resultado está bien y no deja de ser un gran mérito.
Fuente: El Litoral