Declararon que vieron a Mangeri con un raspón en la cara

El padrastro de la víctima afirmó que el portero presentaba esa lesión el día en que hallaron el cuerpo de la joven

Durante los 45 minutos que duró su declaración testimonial, su rostro fue una sucesión interminable de tics. Delgado, vestido de saco azul, camisa blanca y corbata azul, Sergio Opatowski, el padrastro de Ángeles Rawson, no le esquivó la mirada a Jorge Mangeri, acusado del homicidio de la adolescente, quien, desde el otro lado de la sala de audiencias, no le quitó los ojos de encima.

El testimonio del marido de María Elena Aduriz, madre de Ángeles, asesinada el 10 de junio de 2013 en el edificio en el que vivía, en el que Mangeri trabajaba como encargado, complicó al portero. Según Opatowski, el día que apareció el cuerpo de Ángeles vio a Mangeri en la puerta del edificio con un raspón en la mejilla izquierda.

«Yo no lo vi al encargado el lunes. Lo crucé el martes a la noche. Lo vi muy abrigado con un buzo. Me llamó la atención porque no era un día frío. Cruzamos dos palabras y me dijo: «Qué feo todo esto que está pasando». En la mejilla tenía una marca, un raspón con la piel colorada», recordó Opatowski. No fue un dato menor, debido a que según los peritajes Ángeles se defendió de su agresor.

Esa marca en el rostro de Mangeri se podía advertir al día siguiente, cuando la Justicia allanó la casa de la víctima ante la sospecha de que la familia habría mentido con respecto a que no había llegado al departamento de Ravignani 2360.

Mangeri tenía el mismo raspón el 15 de junio a la mañana, cuando lo sacaron esposado de la fiscalía.

Lo curioso del caso fue que Mangeri denunció que esa herida y otras 33 lesiones que tenía en el cuerpo fueron provocadas por los policías que lo secuestraron el jueves 13 de junio. Esto significa que Opatowski habría visto el 11 de junio una herida que el portero denunció que le hicieron dos días después,

«Ése soy yo saliendo del banco y esperando que me atiendan en las cajas», explicó Opatowski, mientras veía el video de las cámaras de seguridad de la casa central del Banco Macro del 10 de junio, entre las 10 y las 10.30. Este elemento lo colocaba fuera de la escena del homicidio y fue cuestionado por el abogado Adrián Tenca, defensor de Mangeri.

Ayer, Diana Saettone, la esposa del acusado, fue la primera testigo en declarar. Dijo que la madre de Ángeles le pidió perdón cuando llegó con su marido a la fiscalía. ««Mirá lo que le hicieron a Jorge, quieren que se haga cargo del homicidio de Ángeles», me decía María Elena, mientras me daba la mano y me pedía perdón», expresó Saettone, antes de denunciar los apremios que sufrió su esposo por parte de la policía.

Si bien el abogado Pablo Lanusse, que representa a la familia de la víctima, calificó de mendaz la declaración de Saettone, no pidió su procesamiento por falso testimonio.

También declaró Juan Cruz, uno de los hermanos de Ángeles, quien dijo que cuando llegó a la fiscalía se encontró con Mangeri y lo abrazó, pero le llamó la atención que no lo mirara a los ojos.

«Yo lo abracé y en ese momento no vi ninguna reacción de su parte. No podía mirarme a los ojos. Me refiero a él como Jorge y no como Mangeri porque todos esos años de amistad pesan mucho más que el hecho de saber que él es el responsable de lo que sucedió. Según mi psicóloga, llamarlo Jorge es una manera de recordarle la confianza que le teníamos», concluyó el hermano de Ángeles.

Mientras la testigo Cecilia Brook, prima de la madre de Ángeles, relató que el 11 de junio, cuando el cuerpo de la joven no había sido hallado, Mangeri llamó al teléfono fijo de la casa de la víctima para preguntar si sabían algo y ella respondió que no.

Los integrantes del Tribunal Oral N° 9 habían citado para ayer a Dominga Torres, la empleada doméstica de la familia de Ángeles Rawson, pero la declaración se postergó para mañana porque la testigo se descompuso en la antesala de la sala de audiencias…

Fuente: La Nación