Los tres hombres son los primeros en sufrir lo que los médicos llaman «reconstrucción biónica», la que incluye una amputación voluntaria, sumado al trasplante de nervios y músculos.
Anteriormente las personas con manos biónicas podían controlarlas mediante ajustes manuales, pero ahora la ciencia ha ido un paso más allá.
«Esta es la primera vez que hemos reconstruido biónicamente una mano», dijo el Dr. Oskar Aszmann de la Universidad Médica de Viena, quien desarrolló el dispositivo. «Si hubiese visto este tipo de pacientes hace cinco a siete años, yo le tendría que haber dicho que no podía hacer nada por él’, dijo el médico, quien hoy afortunadamente puede dar otra respuesta.
Aunque Aszmann también quiso aclarar que los pacientes que son candidatos a un trasplante de mano, tienen complicaciones: por ejemplo el tener que tomar medicamentos contra el rechazo por el resto de sus vidas.
Aszmann y sus colegas describen los casos de los tres hombres trasplantados en un informe publicado el miércoles en la versión web de la revista The Lancet. Los pacientes se aclara en la nota decidieron la amputación sólo después de tener la mano biónica atada a su mano lesionada y ver cómo funcionaba la robótica.
Para Milorad Marinkovic, de 30 años, que perdió el uso de su mano derecha en un accidente de moto hace más de una década, la mano biónica le permitió sostener cosas como un sándwich o una botella de agua – y lo más importante- poder jugar con sus tres niños.
«Puedo tirar cosas, pero es más difícil de atrapar una pelota, porque mi mano derecha todavía no es tan rápida y natural (como mi izquierda)», dijo el paciente.
El Dr. Simon Kay, quien realizó el primer trasplante de mano de Gran Bretaña, dijo que siempre habrá límites para las manos biónicas. El especialista señaló que el cerebro tiene miles de formas de enviar mensajes a la mano humana y que la prótesis robótica no puede manejar esa complejidad.
Los pacientes sin embargo tienen pocas quejas sobre la mano biónica. Marinkovic contó inclusive con orgullo que una vez con el dispositivo, pudo caminar un rato con su hijo de la mano por el jardín de infantes de este, que les iba diciendo a los otros niños de su clase «mi padre es un robot.»
Aszmann calcula que los nuevos costos de procedimiento serán de alrededor de $ 30.000 euros. El estudio fue pagado por grupos como el Consejo Austríaco de Investigación y Tecnología para el Desarrollo y un laboratorio que recibe fondos de Otto Bock, fabricante de las prótesis utilizadas.
Fuente: www.minutouno.com