Es la segunda causa de muerte por enfermedad oncológica en mujeres. La autoridad sanitaria local, ANMAT, ya aprobó el nuevo esquema terapéutico.
Buenos Aires.- En la Argentina, el cáncer de cuello de útero es la segunda causa de muerte por una enfermedad oncológica en mujeres y, según datos del Instituto Nacional del Cáncer (INC), en nuestro país se realizan 4.900 diagnósticos nuevos anuales y mueren unas 2.000 mujeres al año debido a la enfermedad.
En provincias como Corrientes, Chaco, Jujuy o Misiones las tasas de mortalidad son muy superiores a las de jurisdicciones como Tierra del Fuego, Buenos Aires, Córdoba o La Pampa.
Más del 99% de los casos están relacionados a infecciones genitales por el virus del papiloma humano (VPH); contra el cual hoy existe una vacuna preventiva que se sugiere en niñas a partir de los 11 años -y está incorporada al Calendario Nacional de vacunación, para reforzar el escudo protector contra la enfermedad.
Y desde el 2008 existe en el país un Programa Nacional de Prevención de Cáncer de Cuello de Útero que contempla estrategias de tamizaje y un programa de vacunación contra el VPH.
Con la llegada de las terapias target, el escenario del cáncer cambió para siempre. El descubrimiento del bevacizumab, un anticuerpo monoclonal humanizado, que actúa como una proteína que reconoce y se une de forma específica y única a otra proteína del organismo, demostroó su eficacia en el tratamiento contra varios tipos de cáncer, en especial contra el cáncer de colon, mama, pulmón y células renales.
Ahora llegó el turno de probar esta terapéutica target combinada para casos de cáncer de cuello de útero (CCU) avanzados.
En el caso específico del CCU, la autoridad sanitaria argentina, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología médica (ANMAT) aprobó un nuevo esquema terapéutico: el uso de bevacizumab en combinación con quimioterapia; para tratar a pacientes con cáncer de cuello de útero recurrente, persistente o avanzado.
1 año.
En diálogo con Infobae, la doctora Valeria Cáceres, integrante del servicio de Oncología del Instituto Angel Roffo puntualiza sobre la nueva terapia: «El gran desafío del nuevo tratamiento es paliar los síntomas en el CCU: dolor, falla renal por obstrucción uretral, trombosis y hemorragia, anemia, flujo maloliente, linfedema, fistula. El rol de la quimioterapia es paliativa. Hasta ahora el cisplatino era el agente más activo, con tasas de reducción de la enfermedad del 10 al 20% y una sobrevida mediana de 7 meses. Esta nueva medicación produce una clara ventaja en el tiempo que las pacientes pueden vivir sin que la enfermedad progrese (8 meses) y en la sobrevida (17 meses)».
La quimioterapia actúa sobre las células tumorales y el bevacizumab actúa sobre las células vecinas que rodean al tumor inhibiendo la acción de los factores angiogénicos, que producen nuevos vasos sanguíneos; permitiéndole al tumor crecer y diseminarse. Además la inhibición de estos factores produce la «normalización» de los vasos sanguíneos ya existentes en el tumor, que normalmente son anormales, y de esta manera permiten una mejor llegada de las drogas de quimioterapia al tumor.
Al principio, el cáncer de cuello uterino puede no presentar signos ni síntomas, pero cuando ya está avanzado suele provocar sangrado o secreciones vaginales anormales.
En la actualidad, existen dos tests que ayudan a prevenir o detectar precozmente la enfermedad: el tradicional Papanicolau (Pap), que busca lesiones precancerosas (cambios en las células) en el cuello uterino y se recomienda a partir de los 21 años; y el novedoso test cobas VPH que detecta la presencia del virus del papiloma humano (VPH) a nivel molecular consigue determinar precozmente el riesgo de desarrollar CCU, y permite actuar antes de que la enfermedad se declare.
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Fuente: http://www.nuevodiarioweb.com.ar/nota/mujer/584175/argentina-se-aprobo-nuevo-tratamiento-para-cancer-utero.html