La gente de River llenó el Monumental y alentó todo el tiempo a los jugadores y al DT; no hubo ningún reproche por la abultada caída con Boca del sábado pasado en Mendoza.
Un estadio lleno. Una multitud esperanzada. Una sucesión de corazones riverplatenses renovando el crédito a jugadores y al cuerpo técnico. Eso fue el Monumental en el triunfo ante el Ciclón. Eso fue River en su vuelta a su casa. El apoyo sin límites para el grupo que le dio tantas satisfacciones en el 2014, incluyendo el título del torneo local en el primer semestre (con Ramón Díaz ) y el de la Sudamericana en el segundo (con Marcelo Gallardo ).
La decisión de la gente fue unánime y así el 5-0 ante Boca en Mendoza por el torneo de verano pareció quedar rápidamente olvidado. Tanto que la cancha estuvo colmada con 60.000 personas con una recaudación fabulosa, cercana a los 12 millones de pesos. Primó la pasión por los colores, el reconocimiento. Nada de críticas o de exigencias de hacer «rodar cabezas», en sintonía con lo que decidió Gallardo.
Hubo aplausos para el equipo apenas pisó el césped, como una muestra fidedigna de que lo que vale son las competencias oficiales. Por más que esa derrota ante el rival de siempre haya dolido por las formas y los modos, para la gente es más importante vivir de los tiempos de gloria tan cercanos y soñar con otro año de éxitos. Además, River tendrá numerosas competencias en este año y todo empieza con esta Recopa ante San Lorenzo .
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