Eran dos menores. Le destrozaron la ventanilla. Golpearon a la víctima con el arma en la cabeza. Se llevaron la recaudación. Veinte patrulleros los siguieron durante 30 cuadras. La cinematográfica persecución terminó con sus detenciones
Entre calles y diagonales, dos motochorros menores de edad a bordo de una moto robada y armados, trataron de escapar esquivando a los patrulleros que les iban interceptando el paso. De película. En total fueron Veinte móviles que siguieron a los precoces delincuentes durante 30 cuadras, en la zona sur del gran La Plata.
El origen de la persecución fue otro feroz robo al voleo por parte de los motochorros, de esos que se repiten cada vez con más frecuencia, y con mayor virulencia. Esta vez, le tocó a un taxista de 48 años que había acudido por un viaje a Villa Ponsati.
El hombre se vio sorprendido por los delincuentes: dos motochorros menores, con una moto sin patente. Ambos sin documentos y claro, sin la suficiente “memoria” para recordar –según dijeron a la policía-, sus datos personales. Lo único que los uniformados pudieron distinguir fue el número del motor de la moto. Así establecieron que tenía pedido de secuestro. Era robada.
Los dos menores quedaron aprehendidos por los delitos de “tentativa de robo calificado y resistencia a la autoridad, hurto de motovehículo”. En su poder se incautó además de la moto, la suma de 500 pesos en efectivo. La misma cantidad que le habían sacado a los golpes al taxista. Los pibes quedaron a disposición del fiscal del joven de La Plata Juan Benavides con intervención de la comisaría 16º de Villa Ponsati a cargo del subcomisario Daniel Tolaba y la jefatura distrital Villa Elvira, cuyo titular es Wilfredo Vilca.
La persecución policial se inició a partir un alerta radial. Se supo que en las calles 604 entre 4 y 5 un taxista había sido asaltado por dos delincuentes que se movilizaban a bordo de una moto de color negra de uno 110 centímetros cúbicos de cilindrada.
Según se señaló, los asaltantes le habían destrozado la ventanilla trasera del lado del conductor y luego lo sometieron a golpes con el arma de fuego. Le pegaron en el brazo derecho y en la cabeza.
En el momento en que estaban castigando a la víctima, se escuchó la detonación de tres disparos que impactaron en el baúl del taxi.
Fue el servicio de emergencias del 911 que aportó los datos fisonómicos de los ladrones y de la moto con la que se dieron a la fuga rumbo hacia las calles 122 y 609. En un radio de 30 cuadras, la moto fue el objetivo a interceptar por la policía. Y se logró. Ambos quedaron detenidos, sin lamentar heridos ni otros daños.
Rápidos y furiosos, sin daños colaterales
No es dato menor que semejante persecución se produjera en medio de la tarde, entre autos y decenas de personas que a esa hora circulaban por ese sector de la ciudad. Por suerte no hubo que lamentar “daños colaterales”.
En medio de la intensa búsqueda, la Policía había divisado en 122 y 608 a los dos delincuentes que circulaban en la moto a gran velocidad. Los efectivos trataron de interceptarlos, pero al verse cercados los delincuentes continuaron su fuga hacia 604, luego hasta 96, doblando en 117. En todo momento, ese recorrido era seguido por la policía vía radial, solicitando móviles de apoyo.
Durante más de 20 cuadras los delincuentes fueron esquivando patrulleros, tal como si fuera una película de acción, pero al llegar a 81 entre 1 y 115 se vieron rodeados y trataron de seguir escapando a la carrera. A los pocos metros fueron alcanzados y reducidos. En su poder tenían el dinero que le había llevado al taxista, aunque no se pudo encontrar el arma de fuego.
Los policías hicieron pericias en el taxi Fiat Siena de la víctima. Comprobaron que la moto de los delincuentes tenía un pedido de secuestro del pasado 3 de febrero a solicitud de la comisaría Sexta.
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