El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, Unicef, llamó la atención acerca de los miles de niños que han quedado en la orfandad y el desamparo como consecuencia de la epidemia de ébola que afecta a tres países del África Occidental, Sierra Leona, Guinea Conakry y Liberia.
De acuerdo con la entidad, hasta el momento están registrados unos 16 000 menores que perdieron por causa de la enfermedad a uno o ambos de sus progenitores, o a las personas bajo cuyo cuidado se encontraban.
La mayoría de los huérfanos por el ébola, unos 5 700, están en Sierra Leona y los demás se encuentran en Guinea y Liberia, de acuerdo con la Unicef.
La epidemia vino a agravar la situación de la niñez en esos países, donde antes del brote ya había un millón 300 000 infantes que perdieron a sus padres por numerosas circunstancias, mientras otros tres millones, por lo menos, estaban bajo el amparo de personas diferentes a su familia biológica.
El drama de los pequeños cuyos progenitores murieron por el virus se incrementó en los primeros momentos debido a que muchas veces las comunidades los rechazaron por el miedo, los prejuicios y la ignorancia que rodeaban el mal.
Gracias a las labores de educación popular realizadas por especialistas y el mejor conocimiento sobre el comportamiento y la transmisión del virus, esta circunstancia está más atenuada, afirmaron los expertos.
En estos momentos se ha logrado crear una red de miles de hogares que acogen a una parte de los huérfanos, mientras que alrededor de dos mil voluntarios sobrevivientes a la enfermedad atienden a quienes estuvieron en contacto con sus familiares enfermos y fueron puestos en observación para determinar si acaso resultaron contagiados.
De acuerdo con la OMS, Organización Mundial de la Salud, el virus del ébola, que provoca un cuadro agudo de fiebre hemorrágica y tiene un elevado índice de letalidad, infectó hasta el momento a unas 22 500 personas en África occidental, y de ellas fallecieron 8 981.
A pesar de una evolución positiva en el combate a la epidemia a lo largo de los últimos meses, la semana pasada se reportó un leve incremento de casos, lo cual demuestra que no puede bajarse la guardia ni un momento hasta lograr su erradicación o, por lo menos, ponerla bajo control.
Cuba, primer país en responder al llamado urgente de la OMS para enfrentar la peligrosa enfermedad, tiene en estos momentos más de 250 especialistas en los tres países más afectados.
Todos ellos son miembros de la Brigada Henry Reeve, que ya prestó ayuda humanitaria en casos de catástrofes naturales en lugares tan distantes del mundo como Pakistán o Chile y, por su labor desinteresada, valiente y abnegada, fue propuesta recientemente durante la Conferencia Anual de Sindicalistas Noruegos para recibir el Premio Nobel de La Paz 2015.
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