La agresión con cuchillo contra tres soldados que protegían una institución judía fue cometida por un hombre al que Turquía impidió la entrada a su territorio recientemente. Dos soldados resultaron heridos.
París.- El Gobierno francés negó el miércoles que hubiera fallas en la seguridad, al día siguiente de que un hombre atacara a tres militares que protegían un centro judío en el sur del país, pero recalcó que el «riesgo cero» no existe.
El ministro francés del Interior, Bernard Cazeneuve, negó el miércoles que hubiera habido «fallas» en la vigilancia del autor del ataque, una persona con antecedentes penales y que trató recientemente de viajar a Turquía, informó AFP.
«No puede considerarse que haya fallas» cuando «hay una movilización de todos los servicios» de seguridad frente a «individuos que pueden autorradicalizarse y actuar», «sin que haya necesariamente signos que muestren esa voluntad», dijo.
La agresión con cuchillo contra tres soldados que protegían una institución judía fue cometida por un hombre al que Turquía impidió la entrada a su territorio recientemente. Dos soldados resultaron heridos.
El agresor, Moussa Coulibaly, de 30 años de edad, fue detenido.
Coulibaly, que tiene el mismo apellido (usual en el oeste de África) pero aparentemente ninguna relación con uno de los autores de los atentados de enero, nació y reside en un suburbio pobre de la periferia de París.
Los investigadores encontraron en la habitación de hotel de Moussa Coulibaly un texto escrito a mano por él sobre la religión.
Tres semanas después de los tres atentados yihadistas que dejaron 17 muertos en París entre el 7 y el 9 de enero, Moussa Coulibaly fue detectado por la policía al comprar un billete de ida hacia Turquía, país que le negó la entrada y lo devolvió a Francia el 29 de enero. A su regreso, fue interrogado por los servicios de seguridad franceses, que lo liberaron a falta de motivos suficientes para acusarlo.
Seguía siendo vigilado «para saber lo que hacía en Niza, donde no tenía ni raíces ni contactos», precisó el martes el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve.
«No sabemos lo que pasó en su cerebro(…), él es normal», indicó a la prensa un hombre que se presentó como un hermano mayor de Moussa Coulibaly, mientras la policía procedía al registro de su domicilio en Mantes-la-Jolie (periferia oeste de París).
Condenado anteriormente por robo y utilización de drogas, Coulibaly llamó la atención de la policía en diciembre porque hacía «proselitismo agresivo» en una sala de deportes de su barrio, según fuentes cercanas al caso.
Después de los atentados de enero, el primer ministro Manuel Valls afirmó que Francia enfrentaba «un temible reto» y que «cerca de 3.000 personas» debían ser vigiladas en el país a causa de vínculos con los movimientos yihadistas.
«Un fenómeno nuevo»
«Estamos ante un fenómeno nuevo, el terrorismo en libre acceso», declaró el martes Cazeneuve, agregando que para enfrentarlo se necesitan «medios excepcionales».
Se espera que el presidente François Hollande anuncie el jueves en una conferencia de prensa nuevas medidas de seguridad.
Después de los atentados de enero, Hollande elevó a su más alto nivel el dispositivo de alerta de las fuerzas del orden, y desplegó 10.500 militares para proteger los lugares más riesgosos, como transportes y lugares de culto musulmanes y judíos.
Manuel Valls reconoció entonces que había habido «fallas» en el sistema de seguridad.
Las personalidades de los yihadistas que cometieron esos atentados tiene similitudes con la de Moussa Coulibaly.
Pero, aunque el riesgo cero en materia de terrorismo no existe, una revelación hecha este miércoles por el semanario Le Canard Enchaîné plantea interrogantes.
Según este periódico, un allegado de Amédy Coulibaly que mató a una policía y a cinco judíos el 8 y 9 de enero, tenía una relación amorosa con una gendarme, miembro de un servicio de inteligencia con sede cerca de París.
Ese hombre, detenido el 23 de enero bajo sospecha de tráfico de armas y drogas, entraba y salía del centro de seguridad sin pasar por verdaderos controles, afirma el semanario.
Fuente: El Universal