Mayada hará su presentación con la camiseta por la que tanta presión hizo para vestir: el Muñeco pondrá de titular al charrúa que era hincha de River de botija.
Se tituló y se titulará mil veces que Camilo “se pone la Mayada”, pero probablemente la frase no encaje mejor que hoy. Porque el uruguayo esta vez sí se pondrá la Mayada, enteriza. Una rara, con medias, shorcito y camiseta. Acaso no sea la mejor combinación para meterse al mar ni para tirarse a hacerse milanesa en la arena, pero sí lo es para jugar a la pelota. Y aunque el volante diestro estrena uniforme en Mar del Plata, eso es lo que hará: jugar al fútbol. Esta noche Camilo Mayada empezará a ser más que un puñado de compilados que los hinchas todavía no dejan de ver a través de su canal de YouTube, MayadaTV. No, Cienfuegos Mayada ahora será un jugador de noventa minutos y tendrá la posibilidad de demostrar por qué para tantos uruguayos era hasta acá la joya del fútbol al otro lado del Río de la Plata. Ahora el Río de la Plata está acá, tal vez un poco menos fácil para darse un chapuzón.
Ahora es River Plate, no son aguas para cualquiera, y el volante de 24 años deberá empezar a demostrar esta noche contra Independiente por qué fue uno de los jugadores que pidió Gallardo y por el que un tal Enzo Francescoli tanto peleó. Deberá demostrar por qué el Muñeco lo considera un polifuncional y anotarse un poroto, esta vez, jugando de ocho. Ahora deberá demostrar que los maya(da)s tenían razón y el muchacho de Canelones puede romperla en el club del que es hincha desde niño. Sí, porque Mayada es hincha de River, se lo contó a D’Onofrio mientras el presidente le mostraba las instalaciones de ese gigante que es el Monumental y esa ciudad que es el club. “Yo crecí mirando lo que era River, siempre con grandes jugadores. Fui al estadio y es impresionante, un coloso, me imagino jugando ahí, lleno de gente, y me emociono”, confirma Camilo con Olé . Es que por algo, también, el tipo eligió ponerse la banda roja, por algo metió “bastante presión” para llegar, a pesar de que Racing le hacía una oferta superadora y de que Fluminense le hacía una propuesta mejor aún: “Tenía otras opciones que eran más un negocio, pero elegí por lo deportivo”, explica el hombre que llegó de Danubio.
Sí, por algo todavía no la puede creer. “Cuando me llamó Gallardo pensé que era una broma. Me demostró que me quería y me dijo lo que pretende de mí: espero responderle de la mejor manera. Cuando él me llamó, no dudé un segundo de venir”, revela el charrúa, ya más tranquilo, intentando empezar a caer del lugar en el que está, el escudo que tiene en el pecho. O el escudo que tendrá en el pecho, mejor dicho, el que tendrá esta noche cuando, antes de salir a la cancha, se mire al espejo.
Fuente: Olé