Ejecutan a dos hombres en la guerra narco de Santa Fe

Los cuerpos estaban acribillados y calcinados dentro de un auto encontrado en un camino rural; estaban ligados al negocio de las drogas

 

ROSARIO.- En un camino rural de la pequeña localidad santafecina de Frontera, de 12.000 habitantes, situada en el límite con San Francisco, Córdoba, fueron hallados dos hombres asesinados a tiros y calcinados en un Peugeot 307 negro.

Este doble crimen mafioso -como lo calificaron los investigadores judiciales- estaría ligado a la trama narco que se anuda en esa zona, después de que fuera detenido a mediados de diciembre de 2013 Héctor Gallardo. Este hombre de 43 años, conocido como «el Patrón», fue procesado en noviembre pasado por el juez federal Ricardo Bustos Fierro por comandar desde esa pequeña y modesta ciudad una banda narco (integrada por argentinos, paraguayos y colombianos) que distribuía droga tanto en el país como en el extranjero.

Anteayer, a las 10, un joven avisó a la comisaría 6a. de Frontera que en un camino rural, a unos cinco kilómetros del centro del pueblo, había un auto quemado con dos cuerpos. Los efectivos policiales fueron a la zona y confirmaron lo que había alertado el desconocido por teléfono. En ese camino de tierra, en medio de pastizales altos, fortalecidos por las últimas lluvias, los efectivos se toparon con un Peugeot 307 negro, que estaba quemado casi en su totalidad, y los cuerpos de dos hombres totalmente calcinados. El fiscal de Rafaela Carlos Vottero explicó a LA NACION que «una de las víctimas fue encontrada en el suelo fuera del auto. Estaba del lado del conductor. El otro hombre estaba en el asiento del acompañante dentro del vehículo». Los cuerpos calcinados estaban siendo sometidos ayer a una extensa autopsia. El doble homicidio, de acuerdo con los peritajes preliminares, se habría producido el lunes entre las 16 y las 18. La secuencia, de acuerdo con los investigadores, es que primero los mataron y después incendiaron el vehículo.

Un informe preliminar del médico forense aportó que uno de los cuerpos tenía seis disparos en la cabeza. «Es un hecho muy extraño que generó un gran impacto en la región», admitió Vottero. Al caso se lo vincula con el narcotráfico por el historial de las víctimas, cuyos nombres trascendieron ayer, y por complejas relaciones que habrían tejido en una zona donde operaba uno de los carteles logísticos de droga más grandes del país, como el que lideraba Gallardo.

Los dos hombres asesinados son oriundos de la localidad santafecina de Santo Tomé: Germán Ezequiel Lozada, de 38 años, y Martín Chamorro, de entre 25 y 30 años, conocido por el apodo de «Pitín». Lozada cumplió una condena de siete años por comercialización de estupefacientes. Y en noviembre de 2010 protagonizó un intento de fuga del penal de la comisaría 25a. de El Pozo, Santa Fe. Lozada, junto con otro recluso, intentó huir a través de una especie de túnel que hicieron en el baño del calabozo.

Fuentes allegadas al caso advirtieron que Chamorro y Lozada alquilaban una vivienda en calle 7 entre 58 y 60 en Frontera. Los vecinos de ese barrio los llamaban «los santafecinos del 307» porque se movían todo el tiempo en un Peugeot de ese modelo color negro, que -según los investigadores- está a nombre de una mujer oriunda de Santo Tomé. De la investigación se desprende que Chamarro y Lozada llegaron a Frontera hace un tiempo tras la caída de Héctor Gallardo. Los investigadores analizaban la posible relación que estos dos hombres mantenían con «el Patrón». Si trabajaban para él o si intentaron ocupar su lugar después de que fuera detenido por Gendarmería el 19 diciembre de 2013 en Orán, Salta, junto con Antonio Astrada.

La caída de Gallardo se produjo luego de que al juez federal Bustos Fierro (que había intervenido su teléfono en el marco de la investigación de la organización) le llegó un informe que decía que «el Patrón» había ordenado a un sicario matar a Raúl Reynoso, un empleado suyo, que estaba acusado por otros miembros de la banda de «desleal».

Lo culparon de iniciar un microemprendimiento independiente con las supuestas drogas que robaba. Para evitar el asesinato el magistrado ordenó un megaoperativo en las provincias de Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Salta y Misiones en el que cayeron varios integrantes de este grupo narco. Según el fallo de procesamiento de noviembre pasado, Gallardo comandaba «una organización para transportar estupefacientes desde el norte argentino y desde Paraguay a distintas provincias, como Santa Fe, Santiago del Estero, Córdoba, y Mendoza» por rutas terrestres y aéreas.

 

Fuente: La Nacion