Montenegro participó de la práctica aunque no continuará, Mancuello le reclamó “las formas” de la salida al DT Almirón y Vidal calificó la situación como “humillante”. La mano viene desprolija en la gestión de Moyano.
En Independiente todo es desprolijidad e incertidumbre. Daniel Montenegro, que fue incluido en la nómina oficial hasta que se defina su salida, participó de los primeros trabajos de la pretemporada en Pilar, a pesar de que no será tenido en cuenta por Jorge Almirón. En su ayuda saltó Federico Mancuello, al reconocer que, junto al arquero Diego Rodríguez, hablaron con el entrenador a raíz de los sucedido con el Rolfi y los otros borrados. “Nos vamos de vacaciones y cuando volvemos hay más lío que cuando nos fuimos. Planteamos que las formas tendrían que haber sido diferentes: haber hablado primero y no que los compañeros se enteren por los diarios”, enfatizó la figura del equipo en radio La Red.
“Me hubiera gustado que a alguien que logró cosas en el club y dio la cara en los malos momentos lo traten como corresponde y, si se tiene que ir, que sea de otra manera. Para nosotros es muy importante dentro y fuera de la cancha”, concluyó Mancuello.
Más allá de que el conflicto con el enganche tuvo mayor resonancia por su condición de referente, hay otros compañeros que sufrieron el destrato del DT y la dirigencia: Marcelo Vidal, Droopy Gómez (tiene ofertas de Gimnasia y el Veracruz mexicano), Sergio Ojeda, Leonel Miranda, Juan Manuel Trejo y Fabián Monserrat, que se enteraron al llegar en la noche del domingo al hotel que no formarían parte de la pretemporada. Al parecer, los únicos que conocían la situación eran Sebastián Penco, que ni siquiera se presentó y se iría a Once Caldas de Colombia, y Sergio Escudero, que ya arregló con Belgrano de Córdoba.
“Lo que nos pasó fue una falta de respeto, algo humillante. Puede pasar que el técnico no te quiera, pero el tema es la forma. Si nos lo comunicaban en el último partido del campeonato uno empezaba a buscar club…”, se desahogó Vidal en diálogo con TyC Sports. En ese sentido, trascendió que Almirón le explicó a Mancuello y a Rodríguez que pasó la lista de jugadores prescindibles hace rato y el error fue del directivo designado para informar la decisión. Lo cierto es que, en la era de las comunicaciones, el aviso nunca llegó.
Así, la sucesión de desprolijidades se estira. Comenzó con el alejamiento de Federico Insúa (acordó con Millonarios de Colombia) y de Gabriel Milito, ex coordinador de inferiores, que se fueron mal del club. Siguió con la novela de Montenegro, al que hace seis meses Almirón le pidió expresamente que renovara su vínculo. El hasta ahora último capítulo lo progatonizaron los demás borrados, a los que obligaron a volver al predio de Villa Domínico para entrenarse por su cuenta. Al parecer, Hugo Moyano no aplica los mismos criterios en el club que en su actividad sindical, en la que dice defender los derechos de los trabajadores, Rojo de vergüenza.
Fuente: La Razón