Ayer, Ernesto Sanz, presidente del Comité Nacional de la UCR, cambió la posición que mantenía estos últimos meses de un acuerdo a nivel nacional sólo con Elisa Carrió y Mauricio Macri. Esto lo sostuvo recientemente en el congreso partidario de Mendoza, en el cual acompañó la decisión de la convención provincial de participar de una coalición de partidos que casi todos los analistas entendieron que excluía al Frente Renovador de Sergio Massa. Pero Sanz aclaró ayer que el acuerdo con Macri sería para Mendoza nada más, proponiendo una primaria opositora nacional con todos los partidos que integran UNEN más el PRO y el Frente Renovador. Esto algunos lo interpretan como una forma de evitar que el radicalismo se rompa, porque están los que apoyan a Macri y los que están más cerca de Massa.
Distintas razones
Sin embargo, otras fuentes señalan que Sanz habría analizado a fondo una serie de encuestas confiables, no de las que suelen publicarse. Este análisis lo estaría llevando a la conclusión de que una alianza limitada a Carrió y Macri solamente, además de dividir al partido, no alcanzaría para derrotar a Scioli en una eventual segunda vuelta, porque los peronistas que apoyan al Frente Renovador nunca votarían a Macri para presidente con una campaña antiperonista como la que encararon éste y Carrió. Por tanto, romper la UCR para perder con Scioli en el ballotage sería un error histórico y muy difícil de superar. Es que olvidarse de los principios para ganar es una cosa pero para perder sería trágico. Por otra parte, el senador mendocino está muy cerca de su amiga Gabriela Michetti, a quien Macri no la quiere de candidata a Jefe de Gobierno. Razona asimismo Sanz que si a ella, que es fundadora del PRO, Macri no la deja competir en Capital, si llegara a presidente es probable que a los radicales no les dé ni la hora. Distinto, aunque difícil de armar, sería una gran interna opositora entre la UCR, el PRO, la Coalición Cívica y el FR que ganaría las PASO y en la primera vuelta. Es muy probable que Carrió diga que no a esto pero Macri, obligado por la opinión pública y el establishment que quiere terminar con el cristinismo, podría finalmente aceptar esa primaria grande.
Otro tema que venimos señalando hace días es que los encuestadores empezaron a blanquear la verdadera imagen positiva de la presidente. Del 44% que muchos decían que tenía, ahora remarcan que en diciembre bajó 9 puntos o sea que estaría en el 35% y amenaza con entrar en un tobogán. De ahí que la idea de que se presente como candidata al Parlasur, como declaró Aníbal Fernández, cada vez se aleje más de la realidad.
Guillermo Cherashny/informadorpublico.com