El balance de la no proliferación

Una mirada hacia atrás en cuanto a los desafíos nucleares a la seguridad global en los últimos diez años nos deja un panorama plagado de luces y sombras, a la vez que abre fuertes interrogantes hacia el futuro. Escribe Irma Argüello. Presidente de Fundación NPSGlobal y organizadora de la Red de Líderes de América Latina y el Caribe por el Desarme Nuclear y la No Proliferación.

 

Por un lado, los ensayos nucleares de Corea del Norte en 2006, 2009 y 2013, luego de que se retirara del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP) en 2003, lo señalan como el Estado proliferante de la década. La situación en la Península de Corea plantea dilemas que van desde lo militar hasta lo humanitario. Luego de un sinnúmero de marchas y contramarchas, las negociaciones denominadas de las Seis Partes (con EE.UU., Rusia, China, Japón y Corea del Sur) hoy en día se encuentran estancadas. Al deseo del régimen de Pyongyang de negociaciones bilaterales con EE.UU. se opone la resistencia de éste, entre otras cosas, para proteger su valiosa alianza con Japón y Corea del Sur.

El programa nuclear de Irán, con evidente propósito militar y numerosas transgresiones a compromisos internacionales, ha llevado a múltiples sanciones del Consejo de Seguridad y a un sinfín negociaciones diplomáticas fallidas entre el país y los P5+1 (EE.UU., Reino Unido, Francia, Rusia, China y Alemania), como la que cerró el pasado 24 de noviembre. Hoy en día el futuro estas negociaciones es incierto dada la dificultad de lograr acuerdos sustanciales que restrinjan, si no eliminen la posibilidad de continuar con el enriquecimiento de uranio en la República Islámica. Se sabe que el país está muy cerca de contar con el material necesario para fabricar un arma nuclear. En la práctica Irán no ha suspendido su programa y se estima que no lo hará. La tolerancia de la comunidad internacional a esta situación ha aumentado en los últimos tiempos, en la medida de que este Irán es hoy en día un factor de contención fundamental al insurgente Estado Islámico (ISIS), que opera en Siria e Irak.

Gran alarma internacional genera el deterioro progresivo de las relaciones entre Estados Unidos y sus aliados y Rusia, garantes de facto de la estabilidad mundial. Esto revierte el largo período de distensión y cooperación post-Guerra Fría para un desarme progresivo. El punto culminante ha sido la crisis de Ucrania y la explicitación por parte de Putin del valor del arsenal nuclear en la estrategia militar rusa. Como resultado, los recientes planes de modernización de armas nucleares en la mayoría de los países que las poseen hablan de lo que se percibe como un contexto de creciente inseguridad entre estados.

La irrupción del actor no-estatal como amenaza nuclear, en sus formas de terrorismo, o como redes ilícitas de tráfico de materiales y tecnologías nucleares, ha dejado de ser una hipótesis luego que se descubrieran las operaciones del pakistaní AQ Kahn y las evidencias del algunos grupos como Al Qaeda de adquirir un arma nuclear, a la que denominaban “el gran ecualizador”.

El TNP puesto a prueba como nunca

El TNP, considerado como la piedra angular de los esfuerzos multilaterales de desarme y no-proliferación, fue útil para contener la proliferación horizontal, o sea que nuevos Estados accedan al arma nuclear. Sin embargo, no ha sido suficiente para detener la proliferación vertical, o sea el aumento en la magnitud y poder devastador de los arsenales existentes, ni tampoco para impulsar el desarme, que es el fin último del Tratado. Es notable que las reducciones en número desde la Guerra Fría, hasta llegar a las 16.000 armas actuales, hayan sido producto de acuerdos bilaterales fuera del Tratado y compensadas en parte por la sofisticación de las nuevas generaciones de armas.

En las Conferencias de Revisión, que se realizan cada cinco años, afloran estos desequilibrios: en la de 2005 el desacuerdo fue tan grande que no se logró un documento final, en 2010 hubo un documento de 64 puntos pero poco de ello se ha cumplido. La Revisión del año próximo será una dura prueba por la falta de avances en temas contenciosos, como es el mandato para conformar una zona libre de armas de destrucción masiva en Medio Oriente. Hace pocos días el sub-facilitador finlandés para este proceso, Hannu Kyröläinen, indicó en Buenos Aires, en un evento de la Fundación NPSGlobal, las extremas dificultades prácticas para la realización de la reunión para iniciar el proceso, que debe congregar a los Estados árabes, Israel e Irán.

Nuevas iniciativas para reducir los riesgos nucleares

A la par de que algunos procesos tradicionales se han estancado, otros innovadores han comenzado a florecer en esta década. En 2007 un artículo de opinión titulado, Un mundo libre de armas nucleares, firmado por prominentes figuras políticas de Estados Unidos, George Schultz, Henry Kissinger, William Perry y Sam Nunn fue publicado en el Wall Street Journal. El efecto fue poner nuevamente en debate luego de años la necesidad del desarme nuclear completo, no ya desde el puro activismo de los sesentas sino desde la racionalidad político-estratégica de un nuevo contexto. Esta argumentación fue apuntalada por la voz de muchos líderes alrededor del mundo pero también por las revelaciones a partir de las desclasificación de documentos secretos que muestran muchos incidentes en los que las armas nucleares estuvieron a punto de ser detonadas por error de cálculo o accidentalmente. Estas evidencias, unidas a la creciente preponderancia del actor no estatal, llevan a muchos a poner en duda la validez de la disuasión nuclear como punto central de las doctrinas de seguridad de los países nuclearmente armados.

En términos de esfuerzos para el desarme existen dos enfoques. El primero busca vigorizar la visión de un mundo sin armas nucleares y lograr una Convención que ponga a las armas nucleares fuera de la ley internacional, como sucede con las armas químicas y biológicas. En este sentido existe un movimiento de países y organizaciones no-gubernamentales que apoyan esta idea y que se reunirán por tercera vez en Viena en diciembre en la Tercera Conferencia sobre las Consecuencias Humanitarias de las Armas Nucleares. Buscan cimentar argumentos para el desarme nuclear basados en las consecuencias inmediatas y de largo plazo que traería aparejado un ataque nuclear. Como dato positivo, se espera que asistan por primera vez a Viena algunos de los países con armas nucleares en el marco del TNP, entre ellos Estados Unidos.

El segundo enfoque da prioridad al logro de mejoras progresivas en control de armas, tales como acuerdos de no-primer uso y garantías de seguridad, y de los materiales nucleares existentes, para así reducir los riesgos de proliferación y del terrorismo nuclear. Esta visión “más pragmática” es sin embargo un paso previo en cualquier esfuerzo realista para lograr el desarme nuclear completo, irreversible y verificable.

La amenaza terrorista – Cumbres de Seguridad Nuclear

Entre las innovaciones de la década, la conciencia de los riesgos del terrorismo nuclear y su necesidad de prevención han tomado un primer plano desde 2010 en que el presidente Barack Obama lanzó el proceso político de las Cumbres de Seguridad Nuclear, que ha congregado a jefes de estado de un grupo selecto de países de relevancia nuclear, alrededor de 50, entre ellos Argentina. El objetivo ha sido promover compromisos de los estados para la protección física de los materiales utilizables para fabricar armas nucleares (esencialmente uranio de alto enriquecimiento y plutonio) que se encuentran diseminados todavía en 25 países. Luego de tres Cumbres: Washington (2010), Seúl (2012) y La Haya (2014) tales objetivos se han ampliado, incluyendo hoy los riesgos a instalaciones y materiales radioactivos aptos para fabricar bombas sucias. La próxima Cumbre en los Estados Unidos en 2016 se considera el cierre de tal ciclo y se espera que allí se sienten las bases para avanzar hacia un sistema futuro de seguridad nuclear fortalecido.

Deterioro del sistema internacional de premios y castigos

El acuerdo nuclear para fines civiles de 2008 entre India, que no es estado parte del TNP y Estados Unidos, conocido como 123, volteó el paradigma aceptado hasta ese entonces respecto de que la cooperación nuclear sólo debía darse entre partes del Tratado. Este acuerdo, es visto por mucho como una amenaza a las bases del régimen de no-proliferación basado en el TNP, aunque a la vez se reconoce la necesidad de establecer una relación cooperativa con los estados que no son partes. Esta situación plantea dilemas que todavía están abiertos. Desde este año Argentina ocupa la presidencia del Grupo de Proveedores Nucleares (NSG) que busca evitar que las transferencias de materiales nucleares y tecnologías se deriven a usos no-pacíficos. El país, en este rol protagónico deberá hacer frente al desafío del acceso de la India como miembro pleno impulsada por Estados Unidos, aunque no cumple con los requisitos mínimos. Una situación similar plantea el ambicioso plan de exportaciones de China a Paquistán valuado en 9.600 millones de dólares, que normalmente no sería permitido ya que Paquistán tampoco es parte del TNP.

El liderazgo de Argentina en el mundo que viene

Argentina por su alto desarrollo tecnológico, su carácter de exportador nuclear de excelencia y sus incuestionables credenciales de no-proliferación se encuentra en una posición inmejorable continuar incrementando su protagonismo en el mundo nuclear que viene, que será sin dudas cada vez más complejo. Tal posicionamiento es beneficioso para el país y ayuda sin dudas a proyectar su prestigio internacional. Para ello es importante que la visión estratégica de lo nuclear, tanto en lo interno como en lo internacional, sea una política de estado permanente con continuidad entre los sucesivos gobiernos.

El momento de la seguridad internacional y su proyección futura requiere cada vez más que países sin armas nucleares como Argentina asuman en forma decidida un liderazgo innovador en la reducción de riesgos nucleares, sobre la base de una búsqueda transversal de coincidencias entre actores internacionales con diversos perfiles e intereses.

 

Fuente: http://www.defonline.com.ar/?p=33781

Irma Argüello, Revista DEF, 26 dic 2014.