La sonda que hace más de un año que está en el planeta rojo podría arrojar nuevas revelaciones.
El vehículo robótico Curiosity abrió una posibilidad buscada e imaginada hace décadas por los científicos de todas las latitudes. El aparato detectó fluctuaciones de metano en la atmósfera de Marte algo que puede permitir esclarecer cuáles son las fuentes que lo producen, entre las que podría estar algún tipo de actividad biológica.
Esta es la principal conclusión de un estudio que publica la revista estadounidense «Science» y que también abre una nueva línea para estudiar cuáles son los mecanismos a través de los que este gas se elimina con inexplicable rapidez.
El trabajo podría resuelve «la prolongada polémica» sobre la presencia de este compuesto en Marte, iniciada hace más de una década con las primeras detecciones desde telescopios terrestres y avivada posteriormente con las medidas obtenidas desde vehículos orbitales.
Los resultados señalan que, si bien los niveles de metano en la atmósfera de Marte son generalmente inferiores a lo que los modelos predecían, éste repunta con frecuencia. Ello implica que el gas es producido periódicamente por una fuente cercana pero desconocida, según «Science».
Según informó el Grupo de Ciencias Planetarias y Habitabilidad del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, los resultados se obtuvieron a partir de un exhaustivo análisis de datos obtenidos durante 605 soles o días marcianos. Un día marciano dura 24 horas, 39 minutos y 35,244 segundos, alrededor de un 3 por ciento más que uno terrestre.
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