El papa Benedicto XVI afirmó hoy que quienes como él conocieron, respetaron y amaron a su predecesor el papa Juan Pablo II están felices por la beatificación de este «guía en la fe, en la verdad y en la libertad».
Tras el rezo del Ángelus dominical ante un multitud de miles de peregrinos reunida en la Plaza de San Pedro, el Pontífice explicó por qué eligió el 1º de mayo para la ceremonia de beatificación.
«Será el segundo domingo de Pascua, que el mismo Juan Pablo dedicó a la Divina Misericordia, y en cuya vigilia terminó su vida terrena. Cuantos lo conocieron, cuantos lo respetaron y los que lo amaron no podrán menos que gozar con la Iglesia por este acontecimiento. ¡Estamos felices!», afirmó en su saludo a los peregrinos italianos.
Dirigiéndose a los «hermanos y hermanas polacos», explicó que la noticia de la beatificación «era muy esperada por todos y en particular por ustedes, para quienes mi venerable predecesor fue guía en la fe, en la verdad y en la libertad. Les deseo una profunda preparación espiritual a este acontecimiento y de corazón los bendigo a todos».
Inundaciones y cristianos perseguidos
Antes de iniciar la oración mariana, Benedicto XVI pidió fuerza para las miles de personas que abandonaron sus casas por las devastadoras inundaciones en algunas zonas de Australia, Brasil, Filipinas y Sri Lanka.
«Que el Señor reciba las almas de los difuntos, dé fuerza a los evacuados y apoye el trabajo de quienes están contribuyendo a aliviar el sufrimiento y las molestias», dijo el Papa.
También se refirió a la Jornada Mundial del Inmigrante y el Refugiado que se celebra este domingo, y recordó especialmente a los cristianos forzados a abandonar sus tierras por las guerras o persecuciones.
«La Iglesia vivió siempre dentro de sí la experiencia de la migración. Por desgracia, los cristianos se sienten obligados a dejar, con sufrimiento, su tierra, empobreciendo así los países en los que vivieron sus antepasados. Por otra parte, los desplazamientos voluntarios de los cristianos, por distintos motivos, son ocasión para incrementar el dinamismo misionero de la Palabra de Dios», afirmó.
El Papa pidió que la humanidad forme «una sola familia, naturalmente con todas las diferencias que la enriquecen, pero sin barreras, reconociendo a todos como hermanos».
«Es fundamental que los cristianos, a pesar de que estén repartidos por todo el mundo, y por tanto, sean distintos por cultura y tradición, sean una sola cosa, como quiere el Señor», agregó al recordar que éste es el objetivo principal de la «Semana de Oración para la Unidad de los Cristianos» que se celebrará del 18 al 25 de enero.+
Fuente: AICA