No hay una conexión directa entre la ampliación de la base monetaria y la suba de precios, aseguran.
El ministro de Economía, Axel Kicillof, y el presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, rechazaron hoy la teoría que sostiene que la emisión monetaria tiene directo correlato con la suba de precios y defendieron esta herramienta para estimular el nivel de actividad.
«No hay una conexión directa entre la ampliación de la base monetaria y el crecimiento de los precios», enfatizó el ministro citando como ejemplo la política expansiva que aplicó la Reserva federal de los Estados Unidos para atacar la crisis de 2008.
En similar sentido se pronunció Vanoli al sostener que «está instalado en la Argentina que el aumento de la cantidad de dinero va a los precios, pero viendo la evolución de estas variables en países emergentes queda demostrado que no hay ese correlato».
«Es el Estado a través de sus políticas de expansión que contribuyen al estímulo de la demanda agregada para poner en movimiento el proceso económico», dijo el ministro.
Agregó que «tal como ocurrió en la crisis del ’30, empieza a surgir la idea de que sin la notoria participación de los Estado-nación en el estímulo de la demanda no es probable que haya una recuperación de la economía».
Kicillof y Vanoli clausuraron hoy las Jornadas Monetarias y Bancarias 2014 organizadas por el Banco Central en un hotel de esta ciudad.
El ministro reiteró los mismos conceptos que en sus últimos dos discursos públicos y nuevamente defendió el rol del Estado como agente movilizador de la economía.
Sobre la situación global y revelando el tono de las conversaciones que mantuvo en el G20, Kicillof afirmó que «la crisis que se inicia en 2008 sigue tranquilamente su curso y ha invadido la esfera de los circuitos productos; o sea pasó del sistema financiero a la esfera real».
«La aparente recuperación de 2010, que me permito llamar amague, no fue y hay un clima que califican en los estratos internacionales como ‘nueva mediocridad'», añadió el jefe del Palacio de Hacienda.
El ministro reveló que «en el G20 se hablaba de las consecuencias de la crisis y que desde 2008 hasta la fecha se perdieron 33 millones de puestos de trabajo».
Añadió que «lo que se observó es que la política fiscal contractiva en lugar de ayudar a reducir las cargas de las deudas tuvo el efecto contrario. Las economías crecieron menos y entonces el peso de la deuda se incrementó en su relación con el PBI».
Kicillof consideró que «en el comunicado del G20 se empieza a notar una reacción al pensamiento único respecto a cómo salir de la crisis. Por primera vez, se observa a tomar fuerza de que la idea de sacar al mundo de la mediocridad es a través de políticas de expansión de la demanda agregada».
Sobre la evolución de la crisis, el ministro señaló que según la percepción general 2014 terminará siendo peor que 2013. Fuente: DYN