El comercio con Brasil acumula caída de 22% con fuerte baja de las importaciones

En octubre el flujo bilateral cayó 27%, con una baja de 35,9% de las compras y de 15,5% en las ventas. El saldo comercial fue «cero». El déficit acumulado es el más bajo en años.

El comercio entre la Argentina y Brasil sigue sin mostrar señales de mejoría, aunque la reelección de Dilma Rousseff como presidenta del vecino país y las crecientes presiones del mundo empresario podrían repercutir en una mayor dinamización de la economía brasileña y, en consecuencia, del flujo bilateral.

Por lo pronto, el año está jugado. Hasta octubre, el comercio entre ambos países acumula una contracción del 22,1% respecto del mismo período del año pasado, explicado por una fuerte caída en las exportaciones argentinas a Brasil, pero fundamentalmente por una baja de las importaciones provocada por los controles y el contexto recesivo local.

Los números de octubre marcaron un comercio bilateral que alcanzó los u$s 2.336 millones, equivalente a una caída interanual del 27,1%. Esta merma se debió a una reducción tanto de las compras (baja de 35,9%) como de las ventas (15,5% menos), pero «dado que las importaciones cayeron con mayor fuerza, el saldo comercial que mostraba valores relativamente equilibrados pero negativos terminó ubicándose en cero dólares», consignó la consultora Abeceb.com en su tradicional informe. Durante octubre de 2013, el resultado comercial había sido deficitario para la Argentina en u$s 439 millones.

Si bien es cierto que en el acumulado enero-octubre, el rojo para la Argentina fue de apenas u$s 383 millones (caída del 85,4%), cuando el histórico ronda los u$s 4.000 millones –ni siquiera en 2009 fue tan bajo–, menos déficit para el país implica menos comercio y ello no es bueno ni para Brasil ni para Argentina. Se trata de un vínculo que estructuralmente es deficitario. La situación para el mayor socio del Mercosur es generalizada. Según confirmó ayer el Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio, el país registró en octubre el peor saldo comercial de ese mes en 16 años, al obtener un déficit de u$s 1.177 millones.

Impacto automotriz

Casi un 70% de la caída acumulada del 27,1% de las importaciones brasileñas puede ser atribuido a las menores compras de la cadena automotriz –vehículos y partes–, aunque también a una baja en las adquisiciones de minerales, combustibles y bienes de capital. En lo que va del año, las compras a Brasil suman u$s 12.199 millones.

Puntualmente en octubre, las importaciones cayeron 35,9% interanual y se ubicaron en los u$s 1.168 millones. Según abeceb.com, en lo que va del año, la variación fue negativa todos los meses, aunque a partir de julio las caídas fueron más pronunciadas y ello se explica porque las bases de comparación de esos meses en 2013 fueron más altas.

En cuanto a las exportaciones, en los primeros diez meses del año se redujeron un 16,3% hasta alcanzar los u$s 11.816 millones. También en este caso los menores envíos se vinculan con caída de giros en autos y autopartes, así como de bienes agrícolas, minerales y combustibles. A su vez, en octubre las ventas a Brasil mermaron 15,5% hasta los u$s 1.168 millones. La consultora que lidera Dante Sica afirmó que pese a esta caída, «la Argentina continúa posicionándose como tercer principal proveedor de Brasil, detrás de China y Estados Unidos» y que las exportaciones al vecino país representaron en octubre el 6% del total importado por ese destino.

Consultado el socio director de Center Group y profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Paulista, Gustavo Segré, «las exportaciones argentinas a Brasil bajaron poco menos que el 20%, lo que prueba que Brasil hizo desvío de comercio. Continuó importando, pero de otros países. Esta baja se debe a la falta de productividad del producto argentino y no a una reducción de demanda brasileña».

«La mala noticia es que no hay ninguna medida prevista en corto plazo para poder revertir esto porque no hay políticas de aumento de la productividad», agregó el analista, quien agregó que «la Argentina está perdiendo importancia en el mercado brasileño».
cronista.com