Un policía se atrincheró esta mañana en una oficina municipal de la provincia de Neuquén y tomó de rehenes a 11 personas, pero luego de más de dos horas de negociaciones liberó a ocho y cerca del mediodía retiene a tres. Una de ellas sería su pareja, una mujer embarazada que fue una de las primeras en recuperar su libertad.
Todo comenzó a primera hora de la mañana, cuando el efectivo decidió tomar un edificio en el cual suelen tramitarse licencias de conducir. El inmueble está ubicado en la calle Santa Teresa del barrio Provincias Unidas. Entre los rehenes hay varios empleados y personas que pretendían renovar su registro.
De acuerdo a las primeras versiones, el policía -que fue identificado como un cabo llamado Sebastián Riquelme- efectuó varios disparos al techo antes de comenzar a liberar algunos rehenes; testigos aseguraron que la semana pasada el oficial había tenido una fuerte discusión con su mujer, por lo que se especula que el incidente podría tener una motivación pasional.
En el edificio -cuenta el diario La Mañana de Neuquén- hay un policía trabajando como mediador para resolver el conflicto y liberar a los rehenes.
En el lugar se encuentran el secretario de Coordinación municipal, Marcelo Bermúdez; y el secretario general de Sitramune, Santiago Baudino, quienes siguen de cerca lo que sucede y monitorean el estado de los rehenes.
Las primeras informaciones dan cuenta de que Riquelme ingresó a la oficina municipal alrededor de las 8.40 por la parte de atrás del establecimiento; luego realizó dos disparos al aire con su arma reglamentaria en la sala de espera, pidió que los empleados se queden y los vecinos se vayan.
Como las charlas con el policía no daban el resultado esperado, las autoridades decidieron pedirle a la mujer embarazada que actuara como mediadora y convenciera a su pareja de liberar a todas las personas que tomó como rehenes.
Fuente: Infobae