«Hay mucha gente, sobre todo en la oposición, que están manifestando que van a ocurrir este tipo de conflictos», acusó Cristina Alvarez Rodríguez
La ministra de Gobierno bonaerense, Cristina Alvarez Rodríguez, reconoció hoy que la Provincia comenzó a trabajar «para prevenir todo tipo de acción de conflicto que pudiera ocurrir» a fin de año relacionado con posibles desbordes sociales.
«Centralmente trabajamos a diario con los intendentes de la provincia y sobre todo con los del conurbano para prevenir todo tipo de acción de conflicto que pudiera ocurrir», afirmó Alvarez Rodríguez en declaraciones radiales.
De esta manera, la funcionaria aceptó que la administración de Daniel Scioli ordenó tener un plan para evitar desbordes sociales y conflictos durante el fin de año, período en el que tradicionalmente se intensifican los reclamos.
Alvarez Rodríguez explicó, por ejemplo, que la Policía a través del Comando de Patrullas Comunitarias «recorren durante 24 horas y alertan situaciones que pueden potenciar ese tipo de conflictos».
«Hay que estar muy atentos porque hay gente que arma estos conflictos y que creen que de esta manera puede obtener un protagonismo», enfatizó la ministra de Gobierno.
Según Alvarez Rodríguez, «no es una tensión distinta a otros años en términos de que muchos pronosticadores de esta tragedia».
«Hay mucha gente, sobre todo en la oposición, que están manifestando que van a ocurrir este tipo de conflictos a fin de año», acusó la funcionaria de Scioli.
Sin embargo, en septiembre, la presidenta Cristina Kirchner durante un discurso vinculó al sindicalista Luis Barrionuevo con eventuales estallidos y pidió a los argentinos que estén «muy atentos», ya que «posiblemente estén preparando alguna matiné para ahora».
Consultada si se estudia la posibilidad de anticipar las paritarias en enero para los maestros, Alvarez Rodríguez respondió: «Eso lo esta evaluando la ministra De Lucía y el jefe de Gabinete Pérez».
EL PLAN DE SCIOLI
Scioli tiene una prueba de fuego mucho antes de ir a las urnas. En sigilo, el gobernador bonaerense se prepara para evitar que dos eventuales «bombas» estallen en medio de la campaña y empantanen su trayecto camino a la batalla presidencial.
Por un lado, trabaja en un operativo contención para prevenir cualquier desborde en diciembre, y por el otro, ordenó allanar las conversaciones para arrancar antes las negociaciones con los gremios docentes, una pulseada que este año implicó 17 días de huelga. Trata, en definitiva, de neutralizar focos de tensión en la antesala electoral.
Al igual que el Gobierno y la mayoría de los mandatarios provinciales, Scioli está en alerta por eventuales conflictos a fin de año, época que cuenta con antecedentes de convulsión social de matriz variada en el tiempo: desde saqueos o protestas hasta la inédita rebelión policial en el interior.
Si bien aseguran que no hay indicios concretos, van a replicar un esquema de seguridad similar al que instrumentaron en diciembre pasado.
Es decir, armar un comando conjunto enfocado en alertas tempranas coordinado con la Casa Rosada -con Sergio Berni a la cabeza- cuya base sería la Departamental de La Matanza, distrito clave por su peso territorial y su ubicación geográfica en el centro.
A su vez, Alejandro Granados , en su doble rol de ministro de Seguridad provincial e histórico de los intendentes del conurbano, dedica especial atención al diálogo político con los municipios; hecho que se apalancará con la intervención del Ministerio de Desarrollo Social bonaerense, comandado por Eduardo Aparicio, que mide el termómetro social y el vínculo con las cámaras de supermercadistas.
Fuente: LA NACION