El cristinismo en su etapa más salvaje ataca nuevamente a Clarín

No sólo los bancos, las sociedades de bolsa y las cuevas del microcentro sufren el terror que está imponiendo el gobierno desde el discurso incendiario de Cristina el martes de la semana pasada, cuando sugirió que desde el norte podían atentar contra ella. Todo esto, cuando una semana antes, en la ONU, fabuló con una amenaza de muerte de los terroristas del ISIS, el califato de Siria e Irak. Luego les tocó el turno a las aceiteras y exportadoras de granos, a las cuales se les exigió que nuevamente adelanten dólares de la cosecha de soja que falta liquidar. Pero hay diferencias con lo ocurrido a principios de año, cuando Juan Carlos Fábrega, entonces presidente del Banco Central, les pidió amigablemente que lo hicieran y las empresas lo aceptaron de inmediato, porque las líneas de financiamiento del exterior estaban firmes. Es obvio que Cargill, Nidera, Bunge, entre otros grupos, no tienen problemas en adelantar dólares. Además, a fines de marzo, los productores empezaban a liquidar maíz, pero ahora, después del default y el desacato, las líneas de financiamiento están cortadas y los productores de soja, aunque bajaron de precio, se niegan a vender, por lo cual las compañías exportadoras no pueden liquidar la oleaginosa o el aceite derivado de ella para dárselo al gobierno.

Nueva batalla judicial

Casi al mismo tiempo, el Grupo de los Seis concurrió a una reunión con Axel Kicillof, en la cual éste exigió que no trascendiera lo conversado. En la misma, el presidente de la Sociedad Rural, Luis Etchevere, criticó esa ronda de negociaciones y Francisco de Narváez, en televisión, calificó de “cagones” a los empresarios que se asustan ante la presión del gobierno.

Pero la ofensiva más importante del cristinismo la protagonizó Martín Sabbatella, presidente del directorio de la AFSCA, quien rechazó la adecuación voluntaria del Grupo Clarín a la ley de medios y, por mayoría oficialista, el organismo dispuso que pasaría a la adecuación de oficio. Es decir, un proceso regulado por el gobierno. La respuesta de Clarín es que recurrirá a la justicia, es decir, presentará una cautelar ante el fuero contencioso administrativo, lo que en principio se definirá en una de las salas del mismo fuero, ya que la Corte Suprema de Justicia no interviene en cautelares. La Corte, si bien declaró constitucional la ley de medios, dijo que en su instrumentación velará por el respeto a la libertad de expresión. Días atrás, fue visible la satisfacción de Ricardo Lorenzetti y Elena Higthon de Nolasco, que se mostraron muy contentos en la Casa Rosada en la ceremonia de promulgación del Código Civil y Comercial, en donde los dos jueces tuvieron una participación destacada, al igual que la Iglesia. Una de las incógnitas que surgen es si Lorenzetti avala la nueva ofensiva contra Clarín.
Guillermo CherashnY/informadorpublico.com