Leo Mayer y las novedades detrás de la derrota ante Roger Federer

Leo Mayer tiene un nuevo y ambicioso desafío luego de la derrota frente a Roger Federer en Shangai: deberá analizar en qué la transforma para darle alguna utilidad. Cada paso que da un tenista en el circuito se constituye en materia prima para elaborar lo que construirá en sus próximas presentaciones. La tarea no es sencilla. Tampoco se trata de un simple «ya pasó, a pensar en lo que viene…» . Hacer algo con este mal trago significa poner en perspectiva lo que tuvo a favor para poner contra las cuerdas a Federer y lo que le faltó para ganarle luego de contar con cinco match points a favor en diferentes momentos. Finalmente, esa tarea es indelegable.

Buscarle el costado positivo a semejante desazón es mucho más que un acto de bondad e inocencia del que mira de afuera. El asunto pasa por no despreciar todo el armado del rompecabezas sólo porque le faltó encontrar donde encajaba la última pieza. El «dibujo» ( en este caso, todo el armado de un partido de 2h41m) se llegó a percibir con todos sus contornos.

La costumbre siempre pasa por ver el ranking del jugador y establecerlo en un supuesto nivel de juego en función de eso. Mayer estaba 94 en la primera semana de enero y ahora cierra la temporada en el puesto 25. En consecuencia, es un jugador que todavía está buscando su ubicación en la nueva pantalla. Sus progresos lo hicieron avanzar. Al mismo tiempo, no es su costumbre afrontar la competencia desde este nivel y mucho menos en los Masters 1000.

Mayer venía de dos semanas malas luego de haber sido el héroe de la Copa Davis en Sunrise. Sufrió caídas consecutivas en sus partidos iniciales en Kuala Lumpur y Beijing. Después del debut en Shangai, el cruce con Roger Federer lo puso en un obligatorio estado de motivación. En el partido alcanzó secuencias de rendimiento, de juego puro, que le demuestran para qué clase de circunstancias puede estar.

Por lo demás, el tenis jugado contra los mejores del mundo es mucho más que técnica, saques poderosos y golpes limpios. El partido interior que los jugadores suelen animar con ellos mismos, que nunca está a la vista de espectadores ni de comentaristas, tiene tanto o más peso que la buena ejecución de los tiros. Esa materia, Roger Federer la tiene resuelta desde hace rato. Mayer tiene que encontrar todavía como resolverla .

Leo Mayer, entre otras cuestiones, no consigue cerrar este partido porque su récord contra jugadores top ten en su carrera es ahora 1-17 (1-4 en 2014). Esos datos ya cuentan una historia. Pero también es verdad que el «viejo Mayer» dejaba de oponer resistencia cuando perdía por poco el primer set. Desaparecía para siempre de los partidos. La recuperación luego de las oportunidades perdidas (algunas desperdiciadas, otras luchadas por el suizo) es otro muestrario de cómo la desazón influye menos en la continuidad de su batalla.

Hay cuestiones novedosas que se rescatan de este partido del correntino. Cuando estaba 5-4, 30-40 en el primer set, Mayer hizo saque y red y ganó el punto con una volea larga de revés que cayó en el último ángulo de la cancha. Ese riesgo volvió a asumirlo en una situación favorable. Fue en el 6-5 del tie break, en uno de los match points. Advertido de esa acción, Federer respondió el saque con un devolución «pinchada» sobre el revés de Leo mientras subía a la red. No ser conservador en situaciones límites es una característica del juego de Mayer. Pero esta vez lo hizo con jugadas más elaboradas y sin tirar pelotazos porque sí. Aún cuando fallara en el intento.

Mayer perdió el partido por detalles. Muchos de ellos de trazo grueso y otros más finos, cuando queda la idea de «mala suerte» como toda explicación. Tras el dolor y las lágrimas, Leo Mayer, deberá hacer algo con esta derrota justo en la temporada de los grandes avances. Por su gran ascenso en el ranking, su papel decisivo en la Copa Davis y para ver cómo encaja finalmente en la vida de los Top-25.

Es entendible la sensación de amargura por no haber podido cerrar el partido. Pero también había desorientado bastante que su gira asiática tuviera menos consistencia luego de ese tenis exuberante jugado contra Dudi Sela en la serie contra Israel. Con más argumentos, con dificultades que siguen siendo parte de su repertorio, Leo Mayer tendrá que analizar no tanto por qué perdió, sino cómo puede hacer para que este juego pueda darse de un modo constante y natural. Queda un buceo mucho más profundo debajo de los cinco match points..

Fuente: Canchallena