El kirchnerismo está en la recta final de su gobierno y uno de sus principales legados será dejar un país mucho más inseguro que hace una década.
Por estas horas se supo que el Gobierno prevé desacelerar el gasto en seguridad para 2015. Según el presupuesto que elevó al Congreso, planea aumentarlo sólo 13,3 por ciento, un tercio de la inflación real; además, hasta ahora ejecutó sólo el 38,2 por ciento de lo previsto para todo este año
La región metropolitana de Buenos Aires tiene uno de los más altos índices de delitos en América latina, según un sondeo realizado por la Corporación Andina de Fomento (CAF)-Banco de Desarrollo en 17 ciudades. Del análisis de las encuestas de victimización de 2012, último registro unificado entre todas esas ciudades, surgió que el 38,4% de hogares bonaerenses había padecido al menos un evento de inseguridad en los 12 meses anteriores.
Esa cifra sólo fue superada por Quito, Ecuador, con el 40,8 por ciento. Pero hay una diferencia sustancial: mientras que en el caso de Quito el porcentaje de ciudadanos encuestados que reconoció haber sido víctima de un delito bajó 13,3 puntos porcentuales en relación con el 54,1% que había medido en 2011, en el área metropolitana bonaerense (conurbano y Capital) se experimentó un fuerte crecimiento: se pasó del 23,5% en 2011 al 38,4% al año siguiente.
Ese sondeo de victimización permitió advertir la elevada incidencia de la «cifra negra», los delitos que no se denuncian. Del análisis de los resultados de todo el territorio argentino surgió que el 36,9% de hogares habían sido afectados por la inseguridad; en el mismo período, los robos y hurtos registrados oficialmente sólo alcanzaron al 7% de los hogares.