El asesinato de un joven de 24 años tras una pelea por el volumen de la música puso en foco el problema; la marginalidad, disputas entre bandas, venganzas y el consumo de drogas son algunas de las causas
SAN CARLOS DE BARILOCHE.- Una discusión entre vecinos por la música alta terminó con un joven de 24 años muerto con un disparo en el rostro, tres heridos a cuchilladas y una casa incendiada. Ese tremendo episodio, ocurrido en plena siesta del último domingo de septiembre, fue el último de una serie de hechos que mantienen entre el asombro y el estupor a varios barrios de esta ciudad, jaqueados por una espiral de violencia en crecimiento.
Esta situación se alimenta de la marginalidad, disputas de territorios entre bandas, consumo de alcohol y drogas, venganzas o, simplemente, ira contenida que ante el menor estímulo explota. La comunidad observa con alarma los sucesos, que ya dejaron en lo que va del año una decena de muertos y más de medio centenar de heridos de arma de fuego y apuñalados, algunos de ellos con severas secuelas, como la pérdida de un ojo o una parálisis.
La prensa local dio a conocer sólo en el último mes, además de esa letal pelea vecinal en un barrio del Este, el asesinato de un joven de 27 años que fue baleado por su vecino cuando estaba parado en la puerta de su casa. Otro, de un chico de 15 años que apareció sin vida en medio de la calle en el Alto de Bariloche, con doble fractura de cráneo provocada a golpes por un hombre de 38 años, su hijo y su sobrino, de 19 y 20, quienes se ofendieron porque el chico «no los saludó y no les convidó la bebida que estaba tomando cuando pasó caminando frente a su casa».
Conmocionaron también la desmedida violencia con que un hombre atacó en la costanera del lago Nahuel Huapi a un turista norteamericano cuando se enteró de que era portador del VIH, la muerte de un chico de 21 años golpeado por un grupo de jóvenes a la salida de un boliche y el caso de un joven de 31 años atacado con un machete que estuvo más de un mes inconsciente.
«Este grado de violencia nunca lo había visto», se sinceró ante LA NACION el comisario inspector Víctor Muñoz, segundo jefe de la Unidad Regional Tercera de la policía de Río Negro, quien señaló «muchos factores» como desencadenantes de los casos que sorprenden a una comunidad chica, de 140.000 habitantes, con un 9% de desocupación, cuya principal actividad es el turismo.
A diario se conocen los hechos de inseguridad, principalmente robos con uso de armas de fuego, que en algunos casos suman violencia extrema. Según las estadísticas de la policía, el primer semestre del año hubo un descenso de 25% de las denuncias con respecto al año anterior. Pero la señal de alarma en la comunidad se encendió con los recientes episodios violentos, la mayoría sin explicación aparente.
Para el juez Martín Lozada, «es posible que la sensación subjetiva de inseguridad ciudadana esté en aumento y que nuestra sociedad barilochense haya venido asumiendo, de un tiempo a esta parte, algunas de las características propias de las sociedades explosivas».
ORIGEN MULTIFACTORIAL
¿Cuáles son las causas de la espiral de violencia? El comisario Muñoz consideró que hay «muchos factores, como el consumo de alcohol o droga, que alienta a que se crucen grupos que bajo el efecto de esas sustancias se desconocen y puede pasar cualquier cosa»; también opinó que «hay una falta de respeto por la vida del otro», y recordó que la mayoría de los casos vincula a jóvenes como víctimas y victimarios.
Muñoz, que es responsable de todas las comisarías de la ciudad, remarcó que la responsabilidad de los hechos «no pasa exclusivamente por la intervención policial» y que «hay más instituciones u organismos que deberían intervenir en la prevención y no lo hacen». Concluyó: «No estamos cuidando a nuestros jóvenes y después nos lamentamos».
El dirigente vecinal Sergio Herrero, del barrio Nuestras Malvinas -uno de los más afectados por los reiterados hechos violentos-, habló desde la Banca del Vecino, en el Concejo Municipal, de la preocupación «por la seguridad, las muertes y los problemas de drogas y alcohol», todos emparentados entre sí.
En la periferia, además, salen a relucir cada tanto enfrentamientos de bandas en disputa de territorios; aunque están identificados por la policía, reinciden en estos hechos, en los que se apedrean, incendian y balean casas, vehículos y personas. En muchos casos la fuerza de seguridad ni siquiera interviene.
El juez Lozada dijo a LA NACION: «Lo que inicialmente pudo tener su origen en enemistades previas o basadas en ciertas disputas por predominios y hegemonías en algún tramo específico de su interacción puede acaso derivar, de un momento a otro, y sin que medie una razón de envergadura, en una serie de actos de destrucción recíproca. Me refiero a actos de destrucción que traen aparejados el asesinato de uno o más vecinos, así como el incendio de viviendas particulares y de vehículos familiares».
El juez Lozada insistió en que una de las causas de la creciente violencia «remite al momento en el cual el diálogo, como herramienta de construcción de acuerdos y consensos, ha expirado». Y señaló que tanto todos los estamentos del Estado como los vecinos y las autoridades barriales deberían preguntarse «qué tipo de intermediaciones han venido faltando o fallando».
Para la defensora del Pueblo de Bariloche, Andrea Galaverna, «la seguridad es tan multifactorial y diversa, con tantos actores, que sería simplificar la temática hablar sólo de uno». Ella llamó a promover instancias de diálogo para la resolución de conflictos. Desde 2010, la mediación comunitaria insume el 63% de las intervenciones de la Defensoría.
Ingrid Küster, responsable de la mediación comunitaria de la Defensoría, sostuvo que es necesario tomar el conflicto a tiempo para evitar que «escale, sume otros actores y termine, como en algunos casos, en situaciones realmente complejas de lesiones o de familias que dejan de salir de sus casas por temor».
UNA SEGUIDILLA QUE CAUSA TEMOR
Oscar Juárez
El domingo pasado, un joven de 24 años fue muerto de un tiro durante una pelea entre vecinos derivada de una discusión por el volumen de la música
El 27 de julio, Oscar Juárez fue asesinado a golpes por una banda que lo increpó frente a un pub de la costanera del lago Nahuel Huapi
El 21 de septiembre, un turista norteamericano fue brutalmente golpeado por un hombre luego de saber que aquél tenía sida
Fuente: LA Nación