Cerró la campaña en Brasil con cruces entre los candidatos

Dilma Rousseff, que busca la reelección y marcha como favorita, fue blanco de las críticas de Marina Silva y Aécio Neves.

 

La campaña hacia los comicios generales del domingo en Brasil culminó ayer «al rojo vivo», con acusaciones mutuas entre la actual mandataria y candidata a la reelección, Dilma Rousseff, y sus dos principales rivales, la ambientalista Marina Silva y el socialdemócrata Aécio Neves. Rousseff, quien según las encuestas se perfila como clara favorita a conquistar un nuevo mandato, se convirtió en el principal blanco de Silva y Neves, quienes buscan conquistar una plaza en la segunda ronda electoral, que se realizará el 26 de octubre.

El senador del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), quien marcha tercero en la disputa, acusó el gobierno de utilizar los servicios estatales de los correos para boicotear su candidatura en su principal bastión político, el Estado de Minas Gerais. «Recibimos cientos de denuncias según las cuales las correspondencias enviadas por nuestra campaña, en forma democrática, confiando en la integridad de una empresa secular, no llegaron a sus destinatarios. Si esto se demuestra, será un delito sin precedentes en la historia política de Minas Gerais», disparó el candidato. Rousseff, a su vez, calificó de «absurdas» las sospechas de Neves, que se basan también en un reportaje publicado por el diario conservador O Estado de Sao Paulo, que reveló un video en el que un funcionario de los correos en Minas Gerais afirma que la instititución tuvo una participación «fuerte» en el aumento del apoyo popular a la mandataria en el Estado. La mandataria del Partido de los Trabajadores (PT) desestimó las denuncias en forma tajante, al ser indagada sobre el tema: «Por favor, ustedes son periodistas. ¿Creen en esto? Estamos viviendo un momento electoral, y ello genera una situación algo tensa. Esto es absurdo», expresó.

Desmentida. Por otra parte, la ambientalista Marina Silva, quien según los últimos sondeos ocupa el segundo lugar en las preferencias de los electores, dedicó ayer su último programa de propaganda electoral por televisión a atacar duramente a Rousseff, a quien acusó de mentir al afirmar que ignoraba los casos de corrupción en su gobierno descubiertos por la policía. El ataque de la candidata del Partido Socialista Brasileño (PSB) fue una reacción a la campaña de Rousseff, quien sostuvo que Silva mintió a los brasileños al afirmar que, como senadora, había apoyado la creación de un impuesto sobre movimientos financieros creado para financiar los servicios públicos de salud, pese a que los documentos del Congreso revelan que votó en contra de la iniciativa. «Creo que un presidente puede equivocarse, puede confundirse, pero un presidente no puede mentir», disparó Rousseff, sobre el tema. La respuesta de Silva fue igualmente dura: «Que no me llame mentirosa. Mentira es la de quien dice que no sabe que había robo en Petrobras», reprochó Silva en alusión a las investigaciones policiales que se desarrollan en (relativo) secreto sobre la desviación de recursos de la petrolera estatal para pagar sobornos a políticos aliados del gobierno.

Rousseff, que disfruta de un cómodo liderazgo en las encuestas —con entre un 39 y un 40 por ciento de las intenciones de voto—, abandonó la estrategia de ataques a los adversarios y adoptó un tono moderado en su último programa, que incluyó un diálogo con su popular antecesor y padrino político, Luiz Inacio Lula da Silva. «Mi segundo mandato fue mejor que el primero. Tuve más experiencia, más seguridad y más apoyo para llevar adelante mis programas», dijo Lula, mientras que Rousseff prometió un cambio en los rumbos de su gobierno, criticado por una parte significativa de los brasileños: «Gobierno nuevo, ideas nuevas», expresó.

Fuente: www.lacapital.com.ar