El marino Marcelo Girat fue derivado a la cárcel de Batán, luego de un pedido del fiscal. Recibió la revocación del arresto domiciliario. Sobre sus espaldas pesa una condena de 14 años de prisión por abuso sexual calificado
El ex suboficial de contrainteligencia de la Armada condenado a 14 años de prisión por abusar sexualmente durante cuatro años de su hija, y que había recibido el beneficio de estar arrestado en su domicilio, finalmente cumplirá su pena en la cárcel.
Así lo resolvió ayer el Tribunal Oral en lo Criminal 3 (TOC3), el mismo que había dispuesto la continuidad de la detención domiciliaria luego de que el fiscal Eduardo Amavet no pidiera la revocatoria del privilegio e ingreso en prisión.
Ahora los jueces tomaron en cuenta que Marcelo Alberto Girat no tiene domicilio constituido en Mar del Plata y la casa en que planeaba cumplir la condena fue atacada por los vecinos, que rechazaron su presencia en el barrio e incendiaron su coche.
El ministro de justicia Ricardo Casal dijo que el condenado, Marcelo Girat, había fijado su domicilio en la casa de su hermano, donde también viven niñas menores de edad.
Casal además calificó al hecho de «aberrante» y cuestionó la pena original que recayó sobre el ex suboficial de la Armada: «14 años de prisión era una condena que no podía llevar a un arresto domiciliario. Estos delitos dejan a la sociedad muy sensible», expresó.
Según determinó la Justicia, Girat abusó de su hija Rocío durante cuatro años y por eso el Tribunal en lo Criminal Nª 3 de Mar del Plata lo condenó por el delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo.
Girat estuvo preso en la cárcel de Batán y obtuvo la prisión domiciliaria por un fallo de la Sala Uno de la Cámara de Apelaciones y Garantías en lo Penal de Mar del Plata, que hizo lugar a un recurso de habeas corpus puesto por la defensa.
Ello ocurrió cuando el suboficial ya había sido declarado culpable del delito de abuso sexual agravado por el vínculo, pero antes de que el TOC3 le impusiera la condena a 14 años, en este caso de cumplimiento en su casa.
Rocío relató que padeció la primera violación a los 13 años. «El usó el método de decirme que iba a ser mi instructor sexual. Me violó desde los 13 hasta los 17 años. A los 16 me violó en la Base Naval», dijo. «Yo ingresaba a las 12 de la noche hasta las 3 de la mañana. Estaba ahí adentro, me veía personal militar, nadie dijo nada. Es más, en este momento todavía no se presentó nadie de la Armada a preguntar o a decir ‘lo siento mucho». El violador fue expulsado de las fuerzas armadas un día después del fallo del Tribunal.
“Una perversión total”
En su testimonio ante la prensa, Rocío tuvo dos intentos de suicidio. «Él para que confiese por qué me había querido matar, me ató a una silla y me quemó con una cuchara caliente», dijo la joven.
Luego, todo se desencadenó cuando la madre de Rocío descubrió una serie de cartas que él le enviaba a su hija. Allí reconocía que estaba enamorado de ella, que le hacía recordar a su mamá, con quien se había casado. «Mi mamá encuentra las cartas. Él decía estar enamorado de mí, que le recordaba a cuando mi mamá era joven. Una perversión total. Esas cartas encuentra ella. Con esas cartas me encara a mí y me dice que ya sabía la verdad».
Entonces, hicieron juntas la denuncia. Esto fue en 2011 y hasta ahora seguían pidiendo prisión efectiva del abusador. Finalmente, el hombre fue a la cárcel.
Fuente: Diario Hoy